Orocué, año 1925. Fotografía, Créditos, Jairo Ruiz Churion.
SAN MIGUEL DE MACUCO. Por: Jairo Ruiz Churion, Septiembre 12 de 2014.
El 29 de septiembre de 1725, los
sacerdotes jesuitas Juan Rivero y José Román, fundaron a orillas de unos
esteros y de un caño al cual los nativos llamaban Macuco, la población de San
Miguel de los Sálivas, pero con el tiempo los colonos españoles terminaron por
decirle San Miguel de Macuco. Esta fundación obedecía al hecho que los jesuitas
estaban acabando su haciendas a orillas del Orinoco a causa de los continuos
ataques perpetrados por la nación indígena Caribe, quienes diezmaban a los
sálivas reducidos que tenía la comunidad jesuita en esas haciendas. Para poder
salvar de la muerte a sus sálivas, Juan Rivero y José Román deciden fundar a
orillas del caño Macuco la nueva reducción saliveña y para el caso traen desde
las costas del río Orinoco a todos los miembros de la nación sáliva y
colocarlos a escasos tres kilómetros de la costa del río Meta. San Miguel de
Macuco cumple entonces este 29 de septiembre 289 años de fundado, o sea que la
población de Orocué en cierta forma está celebrando esta efemérides.
Hay que recordar que después de la
guerra de Independencia los españoles abandonaron a Macuco y los sálivas, sin
amos a quienes trabajarles, deciden trasladar la población a orillas del río
Cravo con el Meta. Los pocos sálivas que quedaron en San Miguel de Macuco pasan
a habitar la costa del Meta y en el antiguo puerto de los españoles llamado
Tierra Blanca y que la tribu de los indígenas yaruros denominaban Orocué, se
asientan definitivamente hasta que el 1 de enero de 1850, Antonio Liccione,
acompañado por los sálivas del Guayabal, refundan la población dejando el
nombre yaruro de Oroccué, que traduce "lugar de descanso"
Juan Rivero escribe sobre los sálivas
cuando llegan a San Miguel, lo siguiente: "Esta parcialidad de indios es muy
distinta por su porte y sus maneras de las otras tribus. Su presencia es
gallarda, vivo su entendimiento, serios en sus tratos, pero afables y dilatado
su corazón. No se contentan ellos para gozar de la vida, con la cortedad de otros;
procuran siempre lo mejor para el servicio de su casa y la decencia en sus
personas y hacen las diligencias posibles para conseguirlo. Vinieron bien
provistos de su tierra, con ajuares muy buenos..." "...précianse
mucho del adorno de sus personas para presentarse en público, especialmente en
verano.
De suerte que para entrar al pueblo
(San Miguel de Macuco) se colgaron en el pecho, aseguradas con cordeles, unas
vistosas medias lunas de plata, y narigueras de lo mismo sobre la pintura de
colores que cubren sus cuerpos hasta los pies..." "... han adquirido
muchos vestidos, yeguas y caballos, en los cuales saben dar sus carreras como
el más diestro; han fundado su hato de ganado vacuno que pastorean ellos
mismos..." Historia de las misiones de Casanare y los ríos Orinoco y Meta.
Por el padre Juan Rivero, de la Compañía de Jesús.
Tomado de la cuenta de Facebook: "Jairo Ruiz Churión".
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