miércoles, 26 de agosto de 2020

MILAGRO EN TIEMPOS DE GUERRA.

 

Panorámica de Támara, Casanare. Fotografía, Twiter,

MILAGRO EN TIEMPOS DE GUERRA.

Por: Beyer Ortiz.

Támara, población de años de Historia es uno de los municipios más antiguos del Casanare. Siendo un poblado cargado de tantas historias estas deben quedar plasmadas, para que las nuevas generaciones de Casanareños tengan presente el génesis de este departamento, cuya historia está ligada a los primeros poblados que existieron en sus inicios como provincia. Fue fundada oficialmente el 6 de agosto de 1628 por religiosos españoles y los nativos indios “Támaras” que habitaban estas tierras; adelantando un poco más la historia, en los años 50 cuando la violencia en Casanare era tan fuerte hubo una clase de eventos, que vale la pena rememorar y saber el significado e historia a partir de estos sucesos.

La guerra estaba en su máxima rudeza, el ejército nacional y las guerrillas liberales de Guadalupe Salcedo se peleaban cada centímetro de los llanos, eran campos de batalla las llanuras ardientes, donde morían gente de ambos bandos. Los que llevaron la peor parte fueron los poblados existentes en el Casanare, donde uno a uno fueron quemados destruidos y vueltos cenizas.

Támara era uno de los pocos o tal vez el único pueblo donde las embestidas guerrilleras no habían tocado, pero las consignas de los hombres de Salcedo era que se tenía que llegar hasta allí y aplicar el mismo método que venían aplicando en los demás poblados ya atacados. Támara un pueblo practicante de su fe sabía las intenciones de los liberales en armas, debían de sacar sus armas para defenderse y era la oración, porque sabían  era cuestión de tiempo para que los tres cuarteles del ejército que habían en el pueblo, fueran atacados por tan basta fuerza roja.

Imagen Virgen del Carmen.

Los rumores eran de viva voz, la guerrilla liberal atacaría y destruiría el pueblo como ya lo había hecho con otros, pero su población y sus religiosos eran de una fe inquebrantable. Llegó la hora dispuesta, cientos de guerrilleros liberales dejaron los llanos y se dirigieron al piedemonte Llanero, su objetivo: tomarse por sorpresa Támara. Avanzaron, no sabían a ciencia cierta qué cantidad de militares ocupaban el poblado, de lo único seguro que estaban era que no eran ni igual ni mucho menos superiores a ellos.

Vale la pena anotar que Támara esta rodea por tres cerros que son testigos de sus sucesos: El piojo al norte,  el Santa Barbara al occidente, el San Antonio al oriente, y al sur se puede apreciar la llanura. Ya la guerrilla estaba cerca de tomar el primer cerro al oriente, antes de subir se encuentran con una ancianita que les recomienda no seguir por que según ella, en el pueblo habían muchísimos militares más que los guerrilleros. Estos entraron en duda entre sus comandantes,  algunos no daban crédito a tal cosa y querían percatarse de la situación por sus propios ojos. Así que decidieron llegar al cerro del oriente y desde dicho sitio otear y constatar si en verdad la anciana decía la verdad.

Al llegar a la cima del cerro observaron algo asombroso, las calles se veían llenas de militares en tal cantidad que los ponía en desventaja, así que su conclusión fue retirarse y postergar el ataque. No podían creer que hubiera tanta gente del ejército en el pueblo y la verdad era esta, los militares que en ese momento había en el pueblo no superaban los 30 hombres. Se supo después que fue un milagro que Dios hizo, no quería por la fe de sus gentes que les fuera a pasar algo o terminarán mal. Todos lo supieron después, tanto guerrilleros como la población civil.

Cerro Santa Barbara. Fotografía, mapio.net

Los guerrilleros liberales se sintieron engañados y los pobladores de Támara felices, daban gracias a Dios por ese milagro. Sus pobladores en agradecimiento mandaron a traer una estatua de la virgen del Carmen, para colocarla en el cerro Santa Barbara como símbolo de fe y protección. El cura párroco del pueblo la trajo en avión hasta el tablón de Támara, lugar hasta donde llegaban todos las cosas que venían del interior del país. La cuestión era llevarla en comunidad a pie, era la única forma de acceder a Támara porque su peso era como de 300 kilos más o menos. El día que llegó a la pista del tablón el avión que llevaba el cura y la estatua de la Virgen del Carmen, vaya sorpresa... estaban los guerrilleros liberales.

Volvieron a recordar la escena de meses atrás, donde según ellos por culpa de la Virgen era que no habían podido tomarse a Támara. Retuvieron al cura y en retaliación lo obligaron a cargar la imagen de la virgen a sus espaldas. El Curita acudió a su fe, y sin más ayuda que algún arreo o pretal la cargo a sus espaldas, y para sorpresa de él no sentía peso alguno, pudiendo caminar libremente. Basta recordar que el camino era de herradura y en pendiente.

Los guerrilleros lo acompañaron varios kilómetros y después lo dejaron solo en el camino. Ya cuando quiso cargar la imagen otra vez, pudo sentir el peso real y le fue imposible seguir la marcha pero ya estaba solo y confiado que nada malo le iba a pasar. Con ayuda de la comunidad fue llevada hasta Támara y subida hasta la cima del cerro Santa Barbara, donde fiel testigo de la historia y acontecimientos de este bello municipio Llanero lleno de alegría y amabilidad, sigue velando por los habitantes del poblado.

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