miércoles, 30 de septiembre de 2020

OMAR DIAZ "Un Llanero de Sogamoso".

 

El hacendado Omar Díaz junto con otros ganaderos amigos fundaron a finales de 1965 en la población de El Yopal, la compañía que se denominó Aerotaxi Casanare S.A. AEROTACA. Mediante la Resolución 0413 de 1966, la Aeronáutica Civil formalizó la personería jurídica de la compañía, con la cual se le autorizaba la iniciación de operaciones. La idea era utilizar los aviones de los asociados para servir las necesidades de sus hatos. Con la adquisición de los primeros Cessna 206, Aerotaca pronto se convirtió en la única compañía que servía el amplio territorio de la Intendencia del Casanare. Mas adelante, los hermanos Alejandro y Gregorio Salamanca Salgado compraron la compañía con el fin de establecer servicios no regulares en toda la extensión de los Llanos Orientales.

Hoy presentamos una semblanza de OMAR DIAZ, Llanero de Sogamoso, fundador y pionero de la desaparecida AEROTACA.



Aeropuerto "La ultima lágrima", Yopal año 1974. Estacionamiento de aviones y hangares de Aerotaca. Fotografía, Mauricio Quijano Rico Cap. Imagen coloreada por Walter Castillo.


Por: Héctor Moreno Reyes.

Tomado de el libro Hombres & Aeroplanos.

Este llanero de Sogamoso pertenece a esa categoría de hombres cuya gallarda estampa parece propia de otro tiempo, de otro lugar. En “Veladero”, su hato Casanareño era la imagen viva de un excoronel ingles, recién llegado de alguna remota colonia de ultramar: altivo y atildado, la bufanda al desgaire, el bigote y el cabello entrecarnos al mejor estilo de Stewart Granger. En Londres, durante el estío, luciendo la camisa abierta y el aire zumbón de un playboy tropical.

Omar es mundano, reminiscente, cultivado, domina el delicioso arte de la conversación. En 1935 ingresó a la escuela militar con la esperanza de ganarse el traslado al “Guavito y hacerse aviador”. Pero tal destino era un premio para los cadetes con mejor disciplina y Omar Diaz no era precisamente el más aconductado.

Abandonó la milicia y tras el mito de la Argentina, se fue a buscar mejores vientos a Palomares. En la rígida escuela ni siquiera lo entrevistaron.

Cessna 206 de Aerotaca, matricula simulada, rememorando la primera aeronave con la cual se fundo la empresa, el HK-1226, de el cual no hemos podido encontrar una foto.

Resolvió entonces volverse autoridad en la bohemia porteña, “calavera” y gardeliano. Regresó a Colombia…graduado en tango.

Para su siguiente approach a la aviación le tomó diez años. En 1946, el tradicional vinculo de Sogamoso con el Llano se deterioraba rápidamente en razón de la pésima vía y la carencia de aeropuerto. Omar le metió el hombro a este último proyecto, inspirado en la notable campaña cívica de Pereira que culminó en la construcción del Matecaña.

Recorte de el periódico EL TIEMPO en su edición de el Domingo 8 de Diciembre de 1946, donde registro la inauguración de el aeropuerto Alberto Lleras Camargo, suceso al que le dedico una pagina entera.


La obra se realizó también en Sogamoso, mediante los aportes de todos. Desde los más ricos hasta los humildes emboladores. La “pista” se dio al servicio el 7 de Diciembre de 1946. Allí estuvieron el Conejo Valdez, Escipión Alvarez, José L. Forero, Tilo Melendez, y hasta el mismo Nelson Rockefeller, quien casualmente llegó en su Lokheed Lodestar, de paso para Caracas.

Inauguración Aeropuerto de Sogamoso, 8 de diciembre de 1946. Archivo Jorge Plazas Avella.


Pero Omar se tomó otros diez años para aprender pilotaje. Lo hizo ya cuarentón, gracias al asedio de Alfonso Garnica, quien por esos tiempos enseñaba las destrezas de su arte a domicilio. Todas las mañanas el inolvidable piloto sobrevolaba San Pedro, la hacienda altiplana de Omar, y el alumno salía a tomar la lección a “su” aeropuerto. Eran otros tiempos….

* Hombres & Aeroplanos se terminó de imprimir en el año 1988.

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Joropo de antaño al ritmo de Bandola, Dulzaina y Cuatro.



Joropo de antaño a la costa del río Cusiana, Finca la Albania, vereda de Chavinabe, Mani (Casanare). Tres generaciones de la familia Lara músicos por excelencia, liderados por su señora madre Doña Ana Luisa Perdomo, interpretando la Dulzaina, acompañada de la Bandola, y el Cuatro. Video tomado de la cuenta de Fecebook: El Baquiano del Joropo Libardo Perez.

domingo, 20 de septiembre de 2020

UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL FOLKLORE LLANERO (Cuarta parte).

 UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL FOLKLORE LLANERO (Cuarta parte).


Indios Saliva Casanare bailando. Acuarela Jose Maria Paz.

No se encuentran fácilmente escritos sobre la música, letra y baile que nos cuenten sobre el folklore llanero, desde la época de la expulsión de los padres jesuitas hasta finales del siglo XIX, cuando aparecen narraciones de cronistas que se internaron en los Llanos del Casanare y de San Martín, tales como Edward Andre, biólogo y aventurero francés, que llegó hasta Villavicencio por la década de 1870, y únicamente describe una pieza musical que escuchó en una serenata de guitarras obsequiada por la ciudadanía de la población como despedida de la estancia de él en esa ciudad, y a la cual titula como "El Guarapo"; dice él, que era un galerón muy de moda entre los habitantes de las localidad; su partitura se encuentra en el libro que él mismo tituló "Viaje a la América Equinoccial", donde relata todas sus aventuras por esta región. Otro cronista; Jorge Brisson bogotano de nacimiento, por finales del siglo XIX baja a los Llanos para hacer reconocimiento de todo el Casanare y describe un baile en la localidad de Cravo, donde cuenta que las parejas bailaban galerones, "ritmo de la región, abrazados como en el vals, pero ligeramente más rápido y zapateado, o escubillado como los nativos lo llaman". ¿Qué era escubillar o escobillar? Pues un movimiento de los pies del centro hacia afuera como si verdaderamente se tratara de barrer el terreno donde se bailaba. Hoy en día esto desapareció, pues lo que llaman escubillar o escobillar no tiene nada de parecido a sus verdaderos orígenes. Tenemos entonces como base, y puede haber muchísimos más para investigar, este baile de mediados del siglo XIX el cual nos dice cómo se bailaban los galerones de aquella época.

 

Conjunto llanero, Jairo Ruiz Churion.

Joropo, qué palabra más bonita dentro del folklore llanero; xoropo se le dice en el llano a una pared empalmada, o sea enxoropada; xoropo se le decía antiguamente a la caballeriza del hato, "el enxoropado de la caballeriza", allí se celebraban las fiestas de finales de las vaquerías o trabajo de Llano: "vamos al xoropo del hato de los Coronado, los blancos ofrecen un cochinito para el mejor cuenta embustes de la región". (Cantaclaro, novela del escritor venezolano Rómulo Gallegos, 1925). Allí se refería al lugar donde se celebraría la fiesta. Xarape, o Jarabe, ritmo musical mexicano, así lo confirma el maestro Miguel Angel Martín en su libro Del Folklore Llanero; xarape o xoropo ( recordemos que en el español antiguo la X se pronunciaba como una J) de esta manera comenzó a denominarse la fiesta de galerones de los llaneros, desde mediados del siglo XIX, hasta nuestros días, pues la fiesta de los llaneros le llamaban así: joropo.

No se sabe, y hay que investigarlo, por qué tomó esa denominación el ritmo musical llanero. En Casanare, hacia la región del Cusiana, todavía se escuchan galerones, ligeramente confundidos con el ritmo de los torbellinos, y son conocidos por los regionales como guacavas, y se puede decir que son idénticos en su interpretación al galerón. Posiblemente el galerón allí se le conoció siempre como guacava.

 

Conjunto llanero años cincuenta.

Tengo, y guardo una recopilación de anotaciones que hice hace unos cuarenta años atrás, cuando todavía vivían personas llaneras de finales del siglo XIX y principios del XX y que a estas fuentes primarias titulé "Doña Rosalía y algo más". Allí recojo la tradición oral contada por esta matrona orocueseña nacida en 1895, Hector Riobueno Ruiz, nacido en 1902, Rosario belleral Mirabal de Torres, nacida en 1900, Ángel Am´zquita Gorrín, en 1922, Isabel Amézquita Gorrín de 1915, Jesús Cristóbal Churión Mirabal, nacido en 1893 en San Fernando de Apure, y otros personajes más, quienes me contaron sobre el baile del joropo, el cual era prohibido para las señoritas de la burguesía orocueseña, araucana, tameña y craveña, pues este baile solo lo ejecutaban, las muchachas hijas de los vegueros, como también las damiselas de las cantinas, a quienes llamaban "joroperas". La gran matrona villavicence, doña Mercedes Murcia de Lara (q.e.p.d) sostenía que el joropo en Villavicencio lo aprendieron a bailar las cantineras de la zona de tolerancia del Pedregal, enseñado por los vaqueros llaneros que venían desde Arauca con sus famosos viajes de ganado a comienzos del siglo XX; como quien dice, aquella que bailaba joropo era una prostituta. Lo que no sucedía en la sabana, pues este era el baile de los campesinos. Posiblemente las clases altas de la poblaciones llaneras veían mal este tipo de manifestaciones vernáculas entre sus círculos de amistades.

CONTINUARÁ…

 

sábado, 12 de septiembre de 2020

HISTORIA DEL VICARIATO APOSTOLICO DE CASANARE.

 

Portada Libro EL VICARIATO APOSTOLICO DE CASANARE (COLOMBIA) 1914, padre Daniel Delgado. Fotografía aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.

El cambio del siglo XIX al XX, fue muy dura para el vicariato Apostólico del Casanare porque los misioneros fueron apresados y luego desterrados y el obispo fue perseguido de muerte. A partir de 1902 los misioneros regresaron y como si nada hubiera pasado volvieron a trabajar por el bien de los feligreses.

Entre los misioneros que regresaron se destacada la huella de su paso por Casanare, del padre Daniel Delgado, Agustino Recoleto  cuya  obra quedo plasmada en dos textos: EXCURSIONES A CASANARE, 1909 y VICARIATO APOSTOLICO DE CASANARE (Colombia), publicado en el año (1914), este último acompañado de una serie de fotografías anteriores a dicha publicación de diferentes sitios de Casanare y Arauca, comprensión del Vicariato, con las cuales recreamos el presente escrito. Fotografías tomadas del mencionado libro, cortesía del Historiador Casanareño, oriundo do Orocué, el Profesor JARO RUIZ CHURION quien gentilmente nos hizo tan valioso aporte.

Iglesia de el pueblo de Moreno, Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.
                                         

                   HISTORIA DEL VICARIATO APOSTOLICO DE CASANARE.

El 20 de enero 1834 el Papa Gregorio XVI nombra a Fray Antonio José Chaves, (Franciscano) como obispo auxiliar de Bogotá para Casanare.

El 7 de noviembre de 1890 Sale de Bogotá la  expedición a Casanare con miras a la creación de Vicariato de Casanare, integrada por el padre Ezequiel Moreno, en compañía del padre Manuel Fernández, el hermano Isidoro Saenz y Marcos Bartolomé.

El 11 de enero 1891 salen de Marroquín hacia los llanos.

El 5 de Febrero el Padre Ezequiel sale de Orocué dejando allí a sus compañeros y se dirige a Cravo.

El 13 de marzo se dirige a Bogotá, llegando a Tunja el 6 de abril para rendir cuentas al obispo. Después de allí parte al desierto de la candelaria y después a Bogotá, al frente de este proyecto estaban tres personajes: el delegado apostólico para Colombia Monseñor Antonio Sabatucci, el arzobispo de Bogotá Monseñor Bernardo Herrera Restrepo y el vicepresidente de la republica Miguel Antonio Caro. Quienes lograron que el papa León XIII creara el vicariato apostólico del Casanare el 17 de Julio de 1893, desmembrando su territorio de la hasta entonces diócesis de Tunja, nombrando como primer vicario con carácter episcopal al agustino recoleto Ezequiel Moreno y Díaz..

Primeros vicarios de Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.


OBISPOS QUE RIGIERON EN CASANARE

San Ezequiel Moreno Díaz le cabe a la Iglesia de Casanare el honor de que su primer Vicario Apostólico hubiera sido elevado al honor de los altares. Efectivamente, Su Santidad Pablo VI en el año de 1975, proclamó solemnemente en la ciudad de Roma la heroicidad de sus virtudes y la santidad de su vida, elevado a los altares de los Santos en 1992. Monseñor Ezequiel Moreno vino a Colombia en diciembre de 1889 presidiendo la primera misión de ayuda que los Agustinos Recoletos de España enviaban a nuestra Patria para restaurar la agonizante Provincia de la Candelaria, a cuyo cuidado estuvieron las misiones de los llanos de Casanare. Dos años escasos permaneció en el Vicariato, pues en junio de 1896 la Santa Sede lo nombró Obispo de Pasto.

Interior iglesia de Tamara, Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.


Monseñor Nicolás Casas Conde Sucedió a monseñor Moreno en el Vicariato de Casanare otro religioso de la misma Orden, Monseñor Nicolás Casas. Nació el 9 de septiembre de 1854. Recibió la ordenación sacerdotal en España el 12 de septiembre de 1877 y vino a Colombia en 1892. Fue consagrado como obispo titular de Adrianópolis y Vicario Apostólico de Casanare en Bogotá el 12 de abril de 1896, tomando posesión de su sede el mismo año. Monseñor Casas, como hombre culto y organizado se preocupó en gran parte por darle un buen impulso a la educación. Además de visitar los centros misionales y animar a los misioneros, organizó los despachos parroquiales, los centros misionales y las misiones. El cambio del siglo XIX al XX, fue muy dura para el vicariato del Casanare porque los misioneros fueron apresados y luego desterrados y el obispo fue perseguido de muerte. A partir de 1902 los misioneros regresaron y como si nada hubiera pasado volvieron a trabajar por el bien de los feligreses.

Iglesia y casa cural de Nunchia, Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.


Monseñor Santos Ballesteros López Nació en Bernedo (Alava - España) el 1 de noviembre de 1869. Fue ordenado sacerdote en 1892 y vino a Colombia en el mismo año. A la muerte de monseñor Casas fue designado como Vicario Provincial de las Misiones de Casanare y más tarde, el 15 de mayo de 1921, consagrado como obispo titular de Cafarnaúm y Vicario Apostólico de Casanare, pasó prácticamente toda su vida en las misiones. Renunció a la administración del Vicariato en 1933 debido a sus enfermedades y a su edad. Murió en Bogotá el 3 de julio de 1947.

Monseñor Pablo Alegría Iriarte al renunciar Monseñor Ballesteros entró a sucederlo Monseñor Pablo Alegría. Había nacido en Quintana (Alava-España) el 7 de junio de 1876. Vino a Colombia en 1898 y fue ordenado sacerdote por Monseñor Casas en el siguiente año. Fue consagrado como Obispo titular de Zorolo el 4 de noviembre de 1934. Se distinguió por su celo pastoral. Quien había sido misionero en Arauca, de donde tuvo que salir durante la revolución, después fue misionero en Nunchía, Manare, Orocué y Támara, como un misionero abnegado celoso y sacrificado. Murió en España el 11 de septiembre de 1939 cuando se dirigía a la visita Ad-Limina.

Procesión en el pueblo de Moreno. Año?.... fotografía, Créditos archivo fotográfico parroquia de Tamara, Casanare


Monseñor Nicasio Balisa Melero nació en Ongoz (Navarra-España) el 13 de diciembre de 1893. Vino a Colombia en 1915. Recibió la ordenación sacerdotal el 11 de abril de 1920 y fue consagrado obispo titular de Cibistra y Vicario Apostólico de Casanare el 24 de agosto de 1941. Le dio un impulso extraordinario a la organización económica del vicariato, apoyando y favoreciendo el progreso; fundó además el seminario de Támara, hospitales, normales, escuelas y orfanatos. Bajo su dirección desde Támara se atendía Pore, Sácama, Moreno, Manare,Pajarito, el Porveniry Corozal; desde Nunchía Marroquí, Yopal y Maní; y desde Orocue Trinidad, El Algarrobo y Santa Elena y otros. En su ministerio episcopal surgieron los centros misioneros de Monterrey, Sabanalarga, Yopal, Aguazul, Paz de Ariporo, Trinidad y San Luis de Palenque. Erección de la Prefectura Apostólica de Labateca 1945-1956 , Creada en 1945. Con su territorio en parte de Arauca y en parte de Boyacá y Santander del norte, asignada a los Misioneros de Yarumal. Su prefecto Mons. Luis Eduardo Garcia. Murió como buen trabajador en Orocué, en el curso de una visita pastoral el 3 de febrero de 1965.

Descanso en el camino viaje hermanas la presentación a Orocue, Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.


Excmo. Sr. Arturo Salazar Mejía. Fue el primer prelado colombiano en el Vicariato de Casanare. Nació en Salamina (Caldas) el 11 de abril de 1921. Hizo. Monseñor Nicasio Balisa lo ordenó sacerdote el 6 de febrero de 1944 y recibió su consagración episcopal como obispo titular de Avvita Bibba y Vicario Apostólico de Casanare el 9 de enero de 1966. Se preocupó sobremanera por la educación. Se aumentó el número de escuelas, se procuró levantar el nivel cultural de los maestros con cursillos regulares en las vacaciones, se fundaron varios colegios de segunda enseñanza.

Colegio de niñas Tamara, Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.


Monseñor Olavio López Duque Nació en Manizales (Caldas-Colombia) el 6 de febrero de 1932. Recibió la ordenación sacerdotal en Roma el 30 de octubre de 1955. Su consagración episcopal como titular de Stróngoli y Vicario Apostólico de Casanare se llevó a cabo en Bogotá el 7 de agosto de 1977. Monseñor Olavio López se desempeñaba como párroco de Monterrey Casanare, en el momento de ser elegido Vicario Apostólico de Casanare. Era pues misionero activo y conocedor por tanto de los problemas y necesidades del Vicariato. Con él se dio el cambio de sede de vicariato que paso de Támara a Yopal en 1977. En su ministerio se preocupó por los valores de las personas, lo cual implica la pastoral vocacional y la formación del clero autóctono, y la promoción del laico mediante cursos y encuentros pastorales, también está el interés por la catequesis que lo llevó a construir en Yopal un centro catequístico, la atención a la educación, el bienestar del clero y la búsqueda de fuentes seguras de ingresos para el vicariato con la creación del Hotel Iximena y la acogida de sacerdotes de otras jurisdicciones eclesiásticas. Monseñor Olavio construyo en la reserva indígena de Orocué un colegio y llevo varias comunidades religiosas a diversos sitios de Casanare.

Interior iglesia de Orocué, Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.


Monseñor Misael Vacca Ramírez Nació en Somondoco, Boyacá, el 5 de noviembre de 1955. Cursó los estudios de primaria y secundarios en su tierra natal. Siguió el ciclo filosófico y teológico en el seminario Mayor de Tunja; en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, obtuvo la licenciatura en filosofía y ciencias religiosas (1988). En el Ateneo de la Santa Cruz en Roma, cursó estudios de teología sistemática (1990), y en la misma ciudad en la pontificia Universidad Salesiana obtuvo la licenciatura en teología con especialización en pastoral juvenil y catequesis (1992). Posteriormente hizo una nueva especialización en el Instituto Juan de Castellanos de Tunja, esta vez Ética y Pedagogía (1997). Fue ordenado sacerdote el 3 de Diciembre de 1983, incardinándose a la diócesis de Garagoa. Recibe su consagración Episcopal, el día 10 de agosto de 2001 y toma posesión de la diócesis de Yopal el 1 de septiembre de 2001 hasta el día 05 de junio del 2015.

Iglesia de el pueblo de Ten, Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.


Padre Wilson Rolando Chaparro Pérez Administrador Diocesano El padre Chaparro Pérez nació el 23 de octubre de 1977 en Aquitania - Boyacá y ordenado sacerdote el 18 de octubre de 2006. Ha desempeñado los siguientes cargos pastorales: Vicario parroquial (2006) - parroquia Nuestra Señora de Manare de Hato Corozal - Casanare; Vicario parroquial (2007) - Parroquia Nuestra Señora del Carmen de Aguazul - Casanare; Administrador parroquial (2008-2009) parroquia Divino Niño de Aguazul - Casanare, actualmente ocupa el cargo de párroco de la Catedral San José de Yopal - Casanare. Realizó sus ciclos de filosofía y teología en el Seminario Intermisional colombiano San Luis Beltrán en Bogotá; licenciado en Filosofía y educación religiosa de la Universidad Santo Tomás; Licenciado en Teología de esta misma universidad; estudió pedagogía y ciencias de la educación en la UNAD.

Sesion final colegio niños Tamara, Casanare. Fotografía, tomada de el libro Vicariato Apostolico de Casanare (Colombia) antes de 1914. Aporte del profesor Jairo Ruiz Churion.


Trasladado en 2015 de la Diócesis de Duitama-Sogamoso llega en junio de 2017 el segundo y actual Obispo, monseñor Edgar Aristizabal Quintero.

La Diócesis cuenta con 17.725 km2, está comprendido por los municipios Casanareños de: Aguazul, Chámez, Hato Corozal, La Salina, Monterrey, Nunchía, Paz de Ariporo, Pore, Receptor, Sabanalarga, Sácama, Támara, Tauramena, Villanueva y Yopal, el boyacense pajarito; el corregimiento de Morcote (del municipio de Paya). Limita con las Jurisdicciones de Arauca, Trinidad por el oriente, Garagoa por el sur, Tunja y Duitama-Sogamoso por el occidente.

Diocesis de Yopal - prezi.com-historia de la iglesia particular de Yopal.

 

 

 

 

martes, 8 de septiembre de 2020

EL TRASLADO DE UNA TUMBA - Cronica Antiguo Cementerio de Yopal.

Antigua entrada al Cementerio de Yopal. Fotografía, Centro de Historia de Casanare, 100 años de Historia de Yopal.


Por: Profesor Servando Gonzalez.

Eran ya muchas y cada vez mas reiteradas la veces que se escuchaba la noticia de que los perros habían desenterrado un cadáver del lejano cementerio ubicado en las afueras del pueblo. De nada servían las tres cuerdas de alambre de púa que cercaban aquel lote donado por don José Silva para que enterraran los muertos del pueblo ubicado en el inicio de la gran sabana puerta de la llanura colombiana a orillas del caudaloso rio Cravo Sur.

Los perros no dejarían de desenterrar los muertos si no se cercaba el cementerio. En una labor de hormiguita, ella, nuestra Magnolia, con su misma abnegada y titánica idea en la cabeza habló con este, con el otro, gestionó aquí y allá, recibió un bulto de cemento aquí, unos ladrillos acá, unos viajes de triturado, otros ladrillos, y mas cemento, hasta que finalmente y con las donaciones de personas como el señor Piragauta, el teniente Riveros, don Eliecer Alarcón y todos los habitantes del pueblo, se inició la construcción del cercado. Se pusieron estacas, se templaron los hilos, se trazaron cimientos, se hicieron las bases y se inició el cercado por los cuatro lados.

Fueron cosas del destino que ya habiendo hecho las bases e iniciada la construcción de la cerca, y por el desorden reinante en la disposición de las tumbas cavadas porque cada que había un muerto se enterraba en cualquier lugar, retirado de los demás, sin una adecuada planeación u organización. se dieron cuenta que entre la maleza por uno de los lados de la cerca habían quedado por fuera del cementerio doce tumbas con sus respectivos cadáveres. ¿Que hacer?, ¿a quien acudir?, ¿correr la cerca y perder todo el trabajo y de paso todo el material que ya no alcanzaría?, ¿desenterrar los muertos y trasladarlos?, pero sin permiso de sus dolientes? …Pues no señores, se corrió el voz a voz para que quienes desearan meter a sus muertos que estaban afuera ayudaran a desenterrarlos y de paso implícitamente dar su aprobación para exhumar el cadáver.

 

Antiguo Cementerio de Yopal. Fotografía, El Heraldo.

Nadie apareció, nadie se manifestó, los muertos de tumbas que habían quedado fuera de las bases por las que a futuro se echaría la cerca de ladrillo no aparecieron, no hubo dolientes, eran unos muertos ya condenados al olvido, es decir unos muertos ya bien muertos, y por esta razón se decidió continuar con el proyecto… pero esperen… dentro de los doce muertos que quedarían desterrados del cementerio había uno que talvez si era importante, uno que talvez tenía dolientes y talvez vivía en la memoria de quienes en vida lo quisieron. Era fácil intuir la importancia de aquel muerto, en lugar de fosa como los demás este tenía un gran panteón bien hecho en ladrillo y cemento enchapado en baldosa y a manera de cajón que sobresalía sobre los demás y en su interior sembradas un jardín de hermosas flores.

No era tan fácil dejar por fuera esa tumba, además porque era la única bonita y bien construida que dicho de paso serviría como adorno en el cementerio, pero volvíamos a la pregunta inicial. ¿Qué hacer?

Y fue así como ante la necesidad apareció el ingenio y sabiduría de nuestra gente. Ella, igual que todos los habitantes del Yopal escuchaban la remota noticia de la gran ciudad, de la gran capital del país en la que un brillante ingeniero en una tarde bogotana comprobó al mundo que mediante un sistema de rieles se podía correr un edificio de cuatro mil ochocientas toneladas ubicado en la calle diecinueve con avenida Caracas en pleno centro de la ciudad sin que apareciera en él ni una solo fisura, ni un desplome, ni ninguna afectación. Ese seis de septiembre de mil novecientos setenta y cuatro hubo un triunfo a nivel internacional de la alta ingeniería colombiana registrada en el libro de los guinness records a nombre del ingeniero Antonio Páez. Esto sirvió de inspiración a la respuesta de una pregunta: ¿y si en Bogotá se podía correr un edificio porqué no una tumba en Yopal?

 


Se convocó a los hombres del pueblo para iniciar el traslado de la tumba, se hicieron las excavaciones por debajo de las pequeñas bases de la tumba y se metieron maderas rollizas de guadua por las que se desplazarían las otras puestas a manera de rodillo, se empujaba y a medida que se avanzaba se ponían adelante las guaduas redondas que iban sobrando atrás. Fue una labor, lenta, pesada, tortuosa. Se avanzaba, el calor hacia mella en nuestros criollos ingenieros, pero la tarea no se iba a detener, y si en Bogotá habían corrido un edificio, pues en Yopal estábamos corriendo una tumba. La alegría del deber cumplido estalló una vez traspasadas las bases de la cerca y ubicada en su lugar definitivo en el que estaría bien ubicado el muerto hasta el fin del fin. Descansaron, se abrazaron, rieron y brindaron con el aguardiente que apareció de algún lugar y hasta parecía un sueño del que aún no despertaban. Habían logrado una hazaña que ojalá traspasara los confines de la tierra y del tiempo, habían permitido la entrada de un buen muerto a su cementerio, lo habían adornado y de paso habían hecho gala de su ingenio, de su trabajo y de su decisión, ¿que mas le podían pedir a la vida?

Los trabajos de cerca del cementerio continuaron, terminaron, y fue así como se les quitó la costumbre a los perros de desenterrar cadáveres. El pueblo continuó en su diario devenir, pero ya modernizado porque tenía cementerio cercado… pero un día, un desdichado día… unas personas venidas de las lejanas tierras de Trinidad buscaron a Magnolia para reclamar el traslado de la tumba de su bien amado muerto, ella con la desazón que produce tanto ingenio, tanto trabajo y tantas alegrías de toda una comunidad enfocada a trasladar esa tumba les hace entender el sentimiento que tenía por lo desagradecidos que eran, pero ellos, sus dolientes responden con claridad que valoran mucho, agradecen y aplauden las acciones del pueblo. Con lo que no estuvieron de acuerdo es que hubiese trasladado la tumba y no el muerto, pues a éste ellos lo habían enterrado en una fosa muy profunda y tiempo después sobre esa fosa habían construido la tumba trasladada, le dijeron que su muerto había quedado sepultado para siempre por fuera del cementerio, debajo de una calle y la tumba trasladada estaba vacía. Ya nada se le iba a hacer, el mundo es así, de risas y alegrías, de dichas y pesares, así es nuestra historia, la de grandes titanes y quijotescas acciones, la de locuras y llanto como el de nuestra Magnolia el día que supo que había corrido una tumba desocupada.

Publicado en Facebook: Pagina Servando Gonzalez, 18 de Abril de 2020. 


domingo, 6 de septiembre de 2020

AL RESCATE DE LO NUESTRO - Clases de guitarra (Video).



Que bonito escuchar estas melodías interpretadas por los adultos mayores que reciben las clases en el Hogar vida de Pore. Un aporte de Mariela Rincon Duarte, desde su cuenta de Facebook.

viernes, 4 de septiembre de 2020

RELATOS DE UN LLANERO (Video).


Relatos de un Llanero.
Don Ángel Amézquita Gorrín ex-comisario del Casanare (Q.E.P.D.), narra algunas historias sobre la época de la violencia política en los llanos y también en su voz, Don Ángel relata episodios de su vida en el viejo llano. Hoy un documental en memoria a Don Ángel. CANAL LLANERO YouTube.
 

martes, 1 de septiembre de 2020

MITOS Y LEYENDAS - LA MAJESTUOSA LAGUNA "EL JUNCAL", Vereda Visinaca (Tauramena).

Laguna El Juncal. Fotografía, Historia Tauramena.

LA MAJESTUOSA LAGUNA EL JUNCAL, Vereda Visinaca (Tauramena).

Tomado de : Facebook HISTORIA TAURAMENA.


 

Daniel Montaña, era un niño de 6 años, allá por el año 1959; desde esa edad “ me reconocí” dice lentamente, regresando a través de su memoria a esa etapa de su vida. “La laguna no era mansa como hoy, la laguna tenía misterio…, era selva, no como hoy que hay potreros; Sólo había dos casas cerca, la casa de mi tía Isabel que era la dueña del terreno donde está la laguna y la de mis abuelos; La Laguna era encantada, no podíamos ir solos; tocaba en grupo para juntar valor, porque asustaban;… mis padres hicieron una canoita con balso o algodón que llamaban y nos construyeron canaletes para remar; con Pedro y Juan, nos metíamos en la balsa, y navegábamos por toda la laguna, pero en compañía de la familia, hasta que empezaba a moverse, empezábamos a escuchar truenos y relámpagos, así hubiera sol, ahí sabíamos que tocaba salir; por eso, casi nadie se animaba a entrar, por los cambios bruscos que tenía la laguna”.

Daniel cierra sus ojos y después de un momento los abre lentamente y con un brillo especial en sus ojos dice: “Recuerdo que Pedro, que tendría por ahí unos 10 años, era el hijo mayor de su familia, estaba en nuestra casa, y como a las cinco de la tarde se fue para su casa. De pronto regresó gritando y llorando muy asustado y nos contó que a la orilla de la laguna vio a una dama desnuda, de cabellera muy larga, acicalándose y peinándose su cabello. Mis padres fueron con don Gabriel, a ver cuál era la dama, pero ahí ya no había nadie…, claro la tarde ya había caído y era entrada la noche” Daniel con una sonrisa socarrona recuerda; “Después a una señora Jesús, también le salió la dama y no la dejó pasar” … creo que para hacernos saber, que no sólo los niños se asustaban en la laguna. Cuenta Daniel, que siempre habrá expertos para cada situación y narra como un vecino del sector dijo que la laguna se podía amansar, que si le echaban mucha sal, la laguna se amansaría, pero nada… ella seguía igual, aunque fuera medio día y estuviese haciendo sol, si alguien entraba a bañarse o quedarse junto a ella, comenzaba a moverse y a manifestar su molestia.

 

Laguna El Juncal. Fotografía, Historia Tauramena.

Daniel, hoy un hombre con la sabiduría que da la experiencia y el paso de los años, moviendo su cabeza, como acomodándose en el tiempo y en la historia, dice que después hicieron un potrero cerca de ella, la laguna;… donde hoy está la orilla despejada; y que le echaban sal cada tres días. Agrandando sus ojos y con un movimiento de sus manos, recuerda que en ese tiempo apareció la mata de junco y comenzó a crecer, nadie la sembró, nadie la trajo… ella se aumentó y comenzó a moverse por toda la laguna, y era la novedad porque nadie daba razón de cómo apareció.

Daniel se acomoda y regresa nuevamente en el tiempo, hasta cuando era un niño y nos cuenta que acababa de pasar la guerra bipartidista, que había quedado mucha pobreza y necesidad en el pueblo, y como la mata de junco estaba tan grande y frondosa y se creció en menos de un año, don Gabriel “ se inventó la jugada de hacer esteras de junco, pues en ese momento estábamos durmiendo sobre los cueros del ganado; fueron los primero colchones que hubo en Tauramena, y venían a venderlos al pueblo y se convirtió en el ingreso y sustento familiar; me acuerdo que no los dejaban llegar al pueblo y la gente salía a comprarlos; también hacía jamugas para los animales de carga”. Escuchando a Daniel, puedo considerar que tal vez el amor que nos une a esta laguna, es haber dormido sobre una parte de ella;… los juncos de su propiedad!!!

 

Laguna el Juncal. Fotografía, ruta por Colombia facebook.

Este hombre hoy consiente de cómo debemos proteger las especies de flora y fauna en este sector, dice, “Había mucha lapa en esa parte porque era selva y la gente iba de cacería aunque tenían miedo, porque era en el sector de la laguna del juncal; un día se organizaron tres hombres adultos don Sergio, que era mi padre, Pedro y Bernando, y se fueron de cacería, apenas entraron a la mata de monte, los perros encontraron una lapa grande que cayó a la laguna… comprensiblemente el perro fue tras ella, en la laguna y se desapareció la lapa y también el perro, nunca más se supo de los dos animales… fue un misterio y se aumentó el miedo de los lugareños”. “ Dice que luego por allá por el año 1992, cuando ya existía una escuela en la vereda, que los habitantes construyeron con su propio esfuerzo, en el terreno que sus padres y la señora Isabel donaron, la laguna se puso brava, se hizo un derrumbe y se fue la laguna y se llevó la escuela y también parte de las fincas del sector; que le contaron que sonaba como calderos, que casi se seca y quedó pequeña; pero que desde ese entonces se amansó, se calmó, ahora podemos entrar en ella, bañarnos y disfrutarla, se acabó el misterio;”… aclara que eso lo supo a través de carta, pues ya estaba en el putumayo trabajando…

 

Laguna el Juncal. Fotografía, agencia de viajes destinos y turismo facebook.

Y devolviéndose nuevamente a su edad de niño, y mostrándonos en su rostro una mezcla entre asombro y curiosidad, dice Daniel “nuestra laguna, tenía otro misterio grande… que yo lo vi con mis ojos, era el Mohán de los farallones, que apareció en la vereda Visinaca, este era un hombre pequeño, flaco, moreno, aparentaba como unos 60 años de edad, que pasaba por aquí por la vía que pasaba de todas las fincas y que era la ruta de la sal, pedía de comer, pero solo aceptaba los alimentos crudos, cocinado nunca recibía; él cargaba unas ollitas y en tres piedras cocinaba sus propios alimentos afuera de las casas, uno no miraba fuego, pero si salía humo y así cocinaba; y él narraba que farallones es una ciudad, pero que está por debajo, que en otro tiempo estaba lo contrario; él hablaba como un indígena por ejemplo decía “yo conozca” , decía que él venía hablando con los padres de familia para ver quien dejaba un muchacho, ya por esa época nosotros teníamos entre 13 y 14 años, que él lo llevaba, de 8 a 15 días a conocer esa ciudad, que podía llevar uno solo;… la pija, uno no se dejaba ver ni encontrar, no fuera que nos robara; un día llegó a la casa de mi papá; generalmente llegaba ahí o donde don Bernardo y dijo que él sabía que muchas personas desconfiaban y no creían lo que decía, entonces que quería hacer una demostración, que cuando el rio Cusiana estuviera crecido que echara humo que no tuviera playa de lo crecido, quería que fueran y vieran cómo pasaba el rio; y así fue, él cargaba una totumita entre una mochila y decía que ahí tenía chicha, se la acomodó sobre la cabeza, apareció en la orilla, al lado del alto cogió, se acomodó su totuma y ya no lo vimos; cuando de pronto apareció derechito al otro lado del rio; ahí sí, que aumentó el misterio, y fue una novedad, yo lo vi con mis ojos; duro como un mes perdido y de pronto apareció otra vez, con don Pedro, que era una hombre que tenía plata y era arriero, tenía un almacén muy famoso en Tauramena, tenía fincas en Cachiza; el mohán apareció ayudándole a arriar las mulas, venían por el camino de Monterralo, traían cerveza para Tauramena, lo llevó y lo metió a la casa de ellos; la esposa de don Pedro, era la señora Mercedes; ellos lo bautizaron y lo llamaron Lorenzo, él duró un tiempo trabajando con ellos, como unos tres años. Apareció otra vez en la casa de nosotros, dijo que iba a despedirse, que se iba para siempre, que había recibido órdenes de no andar más en esta tierra, y también dijo una frase que creo que todavía no se ha cumplido, que en el cerro del Aguamaco había un encanto y que ahí, si había peligro que se llevara el pueblo, cuando el encanto bajara; se despidió y nunca más lo volví a ver”.

 

El Mohan. Fotografía, HSB Noticias:

La historia de don Daniel, nos lleva a determinar que el mismo Mohán del cerro del Aguamaco, es el Mohán de la Laguna el Juncal y el del Cerro de los Farallones, pues dice Daniel, que don Pedro tenía una finca llamada La Palma en la vereda Aguamaco y Lorenzo por allí pasaba haciendo trabajos para don Pedro; y entonces de manera espectacular se unen las historias de don Daniel, de la Señora Aurora, de la señora Eva, de Lizarazo nuestro escritor de Manoa y podemos imaginarnos su texto que dice “que hay un puente de oro, que por algunas épocas del año, une el cerro del Aguamaco con los Farallones y los genios de un cerro, comparten sabiduría con los genios del otro cerro” Nosotros, hoy podemos seguir disfrutando de estas maravillas naturales que el Todopoderoso ha diseñado para nosotros y que estamos llamados a disfrutar bajo condiciones de respeto; como ustedes ruteros que enfrentaron con tesón y determinación, la Ruta de Mohan.