ALEJANDRO SALAMANCA “EL Coronel que prefirió ser
Capitán”.
Por: Hector Moreno Reyes.
Tomado de el libro Hombres & Aeroplanos.
Alejandro Salamanca adquirió sus alas cuando ya no era precisamente un
muchacho. Tenia 36 años y acababa de retirarse del ejercito con el grado de
Teniente coronel cuando se decidió a satisfacer el gusanillo aéreo
que le venía comiendo desde la infancia. En la ENAC del mayor Suarez realizó su
sueño sin importarle compartir aula y cabina con pichones y adolescentes.
Con su licencia nuevecita regreso a Villavicencio, su patria chica,
donde su hermano Gregorio operaba el venado.
Allí supieron de Aerotaca la empresa, que en 1965, Omar Diaz y otros
ganaderos habían fundado en Yopal, para servir sus hatos; resolvieron
comprarla. Era la única empresa que servía al amplio territorio de Casanare con
los primeros Cessna 206 que llegaron al llano. Fueron años difíciles, pues la
gente bajaba al llano por Villavo, y la Ultima lagrima (el modesto barcito que
fuera del Mono Velez y Doña Evelia) se habilitaba como despacho y bodega en el
“aeropuerto” Yopaleño de aquellos tiempos.
Salamanca se instaló en el hangar de Aerotaca y para ganar clientela
ofreció a los ganaderos nuevos servicios; trayectos de compensación, compras de
mercados vía radioteléfono, provisiones, pagos de deudas, suministros varios,
garaje, “telecom”, botica, sala, incluso guindadero. Alguna
vez una señora viajaba a la hacienda a visitar el esposo. Ya en vuelo, lamento
un olvido costoso y con algún sonrojo le ruega al coronel hacerle llegar cuanto
antes su insólito encargo. Al otro día, por la mañana, Salamanca hace un
desvío, sobrevuela el Hato y lo bombardea…con anticonceptivos. No demoro el
agradecimiento. De los dos, por supuesto…!
Salamanca con su viejo 206 (el HK-1226) se hicieron presentes en todo el
llano; crecieron con el pueblo; inauguraron pistas, patrocinaron ferias,
auxiliaron pobres, heridos, enfermos. Hoy son una pequeña aerolínea que se hizo
con la Intendencia y con ella esperan confiadamente el futuro.
En cierta ocasión, finalizando un vuelo, se dio este dialogo entre dos
pasajeras:
Mija oí decir que este piloto no es capitán….
No señora, dicen que es coronel…
Pero a un coronel da como pena pagarle…
Desde los mandos terció Salamanca:
No se preocupe señora, prefiero que me digan capitán!.
* Hombres & Aeroplanos se terminó de imprimir en el año 1988.
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