sábado, 22 de agosto de 2020

ITINERARIO DEL NORTE.

Avión Douglas C-47 HK-316 "Ciudad de Barrancabermeja" de AVIANCA, en alguna pista de Casanare, muy posible San Luis de Palenque, años 60. Fotografía, Créditos, grupo DOUGLAS DC-3/C-47 LOS BUSES DE LA SELVA COLOMBIANA.

Crónica escrita por el Cap. HUMBERTO LEON R. insigne piloto ex-Avianca retirado por edad, quien vivió la época de oro de los emblemáticos Douglas DC-3. Dejo plasmadas sus vivencias de toda su vida como piloto al mando de la mayoría de equipos de Avianca desde el DC-3 hasta el Jumbo 747, en una bitácora titulada "DETRAS DE LAS HELICES" que publicaba en la página de aviación virtual www.solaris.com, los cuales conservo como un tesoro. Con el permiso de el o de su familia, quiero dar a conocer estos escritos a través de los grupos de aviación en los cuales escribo, dándole su respectivo crédito.

 

ITINERARIO DEL NORTE.

Por el Cap. Humberto Leon Ruiz.

Al despuntar la mañana, 5:50, en el aeropuerto de Vanguardia se anunciaba la salida del vuelo de Avianca con destino a muchos aeropuertos y el último.... Cúcuta.

Pasajeros en su mayoría "camaritas", apodo con que se conoce al llanero, cuyo equipaje de mano iba desde una mochila hasta un gallo, no sin contar innumerables elementos que no podían faltar como el radio transistor, carriel llanero y el sombrero inigualable que orgullosamente era lucido tanto por hombres como por mujeres.

La primera escala sería en Medina, pueblecito pequeño a no más de 10 minutos de vuelo y donde era de rigor saborear las deliciosas arepas que una buena señora elaboraba justamente el día del vuelo. Quince minutos de despacho y luego a Monterrey, caserío a orillas del rio Tua, famoso por un buen colegio campesino donde nos demoraríamos otros 15 o 20 minutos.

Después continuaríamos a Tauramena, población bañada por el rio Cusiana, retirada a unas cuantas cuadras del aeropuerto donde operaba un famoso convento de monjitas, quienes de forma muy acuciosa nos daban la bienvenida con un delicioso jugo de papaya. Era un aeropuerto de pista ancha y aparentemente buena, siempre con la presencia de un burrito que con el tiempo se hizo famoso y servía, a veces, cuando la visibilidad estaba reducida, para ubicar la pista, parece increíble!!!

Douglas DC-3, HK-122 aeropuerto "La Ultima Lagrima", Yopal (1973). Fotografía, Créditos, Douglas DC-3/C-47 Los Buses de la Selva Colombiana.

La superficie era supremamente lisa y más de una vez hube de realizar la singular maniobra "el caballito" de la cual ustedes son ya conocedores. Cuando llovía había que tenerle miedo a este aterrizaje. Proseguíamos después a Aguazul, especialmente en el vuelo con destino a Sogamoso y famoso este aeropuerto por el Sr. Rincón, despachador de vuelo, quien por su eficiencia lo bautizamos" cinco minutos". Con el tiempo vino a ser jefe del Despacho en el Dorado.

Proseguiríamos con nuestro itinerario al Yopal, población que distaba una eternidad de lo que es ahora, ubicada en la margen derecha del rio Cravo Sur. En ese entonces era un caserío pequeño, en el cual el batallón del Ejercito se encontraba en Relación ( formación en la cual se reúne todo el personal, tanto militar como civil quien presta su servicios a las FFAA) exactamente a la hora del arribo del avión y por tal motivo y al considerar que se encontraba distante del aeropuerto hacíamos un sobre vuelo bastante bajo para arrojarles varios números de la prensa debidamente amarrados. Esto nunca se les olvidará a aquellos militares y por ende a nosotros tampoco.

Avión Douglas C-47 HK-316 "Ciudad de Barrancabermeja" de AVIANCA, en alguna pista de Casanare, muy posible San Luis de Palenque, años 60. 

Mientras cargaban el avión y el copiloto ayudaba a la tarea del tanqueo el cual se realizaba con una bomba de mano que operaba él, se sacaba el combustible de canecas de 55 galones cada una y a traves de una especie de badana que servía de filtro se llenaban uno a uno los tanques principales. Mientras esto sucedía, el cabinero que hacía las veces de Despachador ordenaba el cargue del avión y vendía los pasajes a los pasajeros locales; el capitán se dirigía a una pequeña tiendita a refrescarse con alguna gaseosa al clima.

Próxima escala Nunchia, especie de portaviones, a orillas del rio Tocaría y conocido por sus encontrados y fortísimos vientos. Bastante retirado del pequeño pueblito, donde cuando se pernoctaba había que hacer una larga trayectoria en mula para descender y luego volver a subir hasta coronar una pequeña colina donde se levantaba como bandera erguida e imponente la cúpula de la iglesita con capacidad para 60 personas a lo sumo. Cuando la demora era bastante prolongada por mal tiempo o por otro factor como cancelaciones de vuelo etc. etc., alcanzábamos a refrescarnos en el Tocaría con sus aguas cristalinas y muy puras.

Tablón de Tamara era nuestra siguiente escala. Aeropuerto muy parecido a Nunchía, a orillas del rio Pauto, pero sin esos ventarrones tan terribles y un poco más larga la pista.

Ya en estos momentos serían las 7:30 de la mañana y nos deponíamos a aterrizar en Paz de Ariporo, población rodeada por el rio de su mismo nombre y con un campo de aterrizaje situado a más o menos 20 minutos del pueblo. Allí nos estaba esperando el famoso "caldo peligroso" de la comadre de Paz, esposa del buen Joaquín encargado de Avianca, quien entre otras muchas cosas había recibido sus siete hijos sola, sin ayuda de nadie y quien por su bondad infinita le profesábamos un cariño entrañable todos los pilotos; ella siempre tenía un detalle para con nosotros y solía enviar a nuestras esposas cualquier detalle: pollos, cerditos y hasta venados.

Se imaginan ustedes llevando a Bogotá un cerdito o un venado ¿?? Imposible; pero no se le podía despreciar. Definitivamente el caldo de la comadre nos sabía a gloria!!!

Seguiríamos con nuestro vuelo a Hato Corozal, pista ubicada a orillas del rio Casanare y donde el buen Salomón, viejo bonachón ya entrado en años y representante de la compañía , tenía preparada un hamaca fresca e inmaculadamente limpia para el descanso del Capitán mientras el avión estaba listo para continuar con la interminable excursión. En muchas ocasiones entre dormido y despierto alcance a oir al buen Salomón susurrar : Silencio!. No hagan mucho ruido que el comandante está descansando ¡no lo vayan a despertar! ....Esta era la operación del llano.

Un Douglas DC-3 en una pista de el Llano. Fotografía, Créditos a su autor.

La próxima escala sería Tame con un aeropuerto excelente para esa época, a pesar de no tener ninguna radioayuda pero lo encontrábamos muy cómodo: pista larga y ancha , eso sí mientras no estuviera húmeda porque así las cosas serían muy diferentes. Varios compañeros engañados por la apariencia de la misma siguieron derecho y fueron a parar varios metros después del final. Eso era una operación normal llanera!!! Cuando sucedía un percance de esta magnitud entre todos los pasajeros sacaban el avión y el vuelo continuaba...

Tame era famosa por las fiestas las cuales entre otra actividades fuera de las del reinado estaban las famosas corridas de toros con torerillos de bajo cartel pero que hacían las delicias de chicos y grandes. Tuve oportunidad allí de conocer una chica famosa de 4 en conducta a quien la apodaban "la banderilla", pues en un lance amoroso de incontrolables celos, otra compañera le había clavado en el estómago una banderilla en unas fiestas bastante animadas.

Rondón, nuestro próximo destino, despertaba en mí, una particular simpatía. Allí funcionaba un colegio de niñas cuya directora y profesora de ingles eran también unas jóvenes paisas muy queridas que estaban haciendo sus respectivas pasantías y cuando cruzábamos a muy poca altura por encima de las instalaciones del colegio abordaban su jeep de dotación y salían presurosas a invitarnos al colegio a tomar chocolate con galletas de soda, cosa poco bien vista por el cura del pueblo quien montaba en ira santa al ver la polvareda que levantaba el famoso campero camino del aeropuerto.

Rondón, también a orillas del Casanare tenía fama por sus hormigueros los cuales, si no se sabían esquivar , al pasar por encima de ellos, el avión quedaba completamente enterrado, es decir se veía una nave sin llantas!!!

Las chicas en mención nos encargaban de Cúcuta , destino final antes de devolvernos por la misma ruta, galletas de San Antonio, algo de rancho etc etc, cosas todas estas que se conseguían en el mismo aeropuerto.

Cravo Norte nos estaría esperando como siguiente escala. Campo pequeño situado a la margen sur del rio de su mismo nombre, donde el queridísimo Carlitos, representante de Avianca nos estaría esperando con sus incomparables empanadas de chiguiro. ¡Que manjar tan exquisito!!! dos o tres eran devoradas ávidamente acompañadas de un apetecido jugo de lulo o naranja.

Aeropuerto Vanguardia, Villavicencio. Fotografía, mapio.net

Continuaríamos a Arauca , aeródromo con controlador de tráfico y con radiofaro. ¡Que comodidad!!! Allí volveríamos a tanquear y luego procederíamos a Cúcuta no sin antes saludar muy deferentemente al Sargento "Nikita," apodo puesto por los cabineros por su extremado celo en no dejar pasar absolutamente nada de Cúcuta a Villavicencio a saber: radiecitos tipo panela, galletas venezolanas y algo de rancho elementos éstos que los mencionados auxiliares llevaban especialmente en Diciembre para que con su venta aliviar un poco más lo estrecho de sus salarios. Invitábamos pues a este señor a tomar un café o a almorzar cosa que siempre aceptaba devorando velozmente un pollo completo con derecho a repetición como él mismo decía y tratando de moverle el corazón para que dejara su disciplina prusiana y permitiera que el cabinero pudiera traer "algunos encarguitos de su familia". Ya al medio día entrábamos a Cúcuta, aeropuerto con todas las de la ley y allí tomaríamos el almuerzo para luego devolvernos a Villavicencio por las mismas partes, con alguna excepción.

Eran pues itinerarios con 20 o más aterrizajes.

¿Que podía importar?. Eramos jóvenes, muy jóvenes en esa época!!! Y nos encantaba ese tipo de operación.

Llegaríamos a Villavicencio con el sol de los venados y con lo más importante: la satisfacción del deber cumplido.!!!

H. León R.

 

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