sábado, 29 de agosto de 2020

UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL FOLKLORE LLANERO (Tercera parte).

Baile Joropo tradicional. Fotografía, hotelembajador.co

UNA APROXIMACION A LA HISTORIA DEL FOLKLORE.

Por: Profesor Jairo Ruiz Churion.

Junio 5 2019.

TERCERA PARTE.

¿Y cómo sonaba esa música? Lo poco que se conoce es lo recogido en los escritos por los misioneros jesuitas. Juan Rivero "Historia de las misiones en Casanare, ríos Orinoco y Meta" (1740), escribe solo una vez sobre una fiesta y comenta que bailaban galerones y valses. Pero... ¿cómo eran esos bailes? Ahí es donde quedamos todos en las nubes, pues no se han hecho investigaciones más profundas sobre el origen de la música y el baile en los Llanos Orientales.

Se sabe que la música predominante en la época colonial era el vals austríaco, que ya en los Llanos, revuelto con los fandangos andaluces, va tomando los matices y compases de lo que se conoció como galerón. Parece que Venezuela ha avanzado bastante en ello porque siempre ha existido en aquel país un apoyo incondicional a la investigación sobre la cultura venezolana.

De lo poco que se conoce por la tradición oral en los Llanos Casanareños, es que eran valses, no muy rápidos, pero esta tradición se recoge de finales del siglo XIX y principios del XX, de los abuelos araucanos, tameños, craveños, cusianeros, orocueseños y sanmartineros.

Decía Heladio Argüello (araucano y ganadero caporal de sabana en los viajes de ganado vacuno de Arauca a Villavicencio), por allá en el año de 1968, en la Hacienda de la Rosablanca en Villavicencio, de propiedad de Víctor Machado que sus abuelos le contaron que los galerones los bailaban en las fiestas que se organizaban en los hatos araucanos y que eran de mucha suavidad, valseados, y escubillados. Yo creo que él se refería a los años ochentas del siglo XIX.

Aldea en el Llano, Siglo XIX Wiener, Charles, 1851-1913.


Existe un rescate, a buena hora grabada por el Patronato de Artes y Ciencias, fundación Joaquín Piñeros Corpas (1993), un pieza musical llanera titulada "Galerón" Música de transición andino-llanura, que era muy escuchada a principios del siglo XX en los Llanos de San Martín, y que el doctor Ernesto Castro Chaquea, sanmartinero de nacimiento, me lo confirmó en el año de 1996 en la ciudad de Arauca. esta pieza musical se escucha en tiempo de torbellino, pero muy al trasfondo de la melodía el compás lo lleva un "seis por derecho", que es uno de los golpes llaneros más antiguo del organigrama musical regional. ¿Y cómo se bailaba? Valseado, según Castro Chaquea. ¿Y con cuáles instrumentos se acompañaba? Con bandola andina, tiple, guitarra y maracas. También se dice que en los Llanos del Casanare los galerones se bailaban acompañados por instrumentos como el tiple, la bandola cusianera, la guitarra, el tiple guajibero, o sea el cuatro, y las maracas. Cuenta el sacerdote Ricardo Sabio, que hacia los lados de Restrepo, Medina, Cabuyaro, Tauramena, y hasta el Maní, se descuelgan coplas del oriente de Cundinamarca... también se bajan coplas del interior de Boyacá.

El ritmo del galerón era el más usado, creo yo,. desde la época de las misiones jesuitas, hasta finales del siglo XIX, e interpretado por bandolas, guitarras, tiples, y maracas. El cuatro, instrumento derivado de la guitarra española, no era tan común durante el siglo XIX como se cree; en los Llanos Colombianos se le conoció como tiple guajibero, según lo afirma el maestro Miguel Ángel Martín (q.e.p.d.) en su obra "Del Folklore Llanero" Anota el maestro Martín que su origen se remonta a la guitarra española, pero parece todo indicar que al salir la Compañía de Jesús del territorio casanareño en el año de 1767, los mestizos llaneros tomaron este instrumento y lo acondicionaron a sus necesidades musicales; era muy difícil fabricar una guitarra (que no eran tan grandes como hoy las conocemos) y fue más fácil achicarlas en tamaño, dejando una caja bastante sonora pero con un brazo más pequeño, y de las seis órdenes de cuerdas, se redujo a cuatro, llamándose este instrumento en Venezuela "cuatro", y en los Llanos Colombianos "tiple guajibero", pues los indígenas guahibos fueron los encargados de fabricarlos en aquel entonces. En las Islas Canarias españolas, existe un instrumento de igual tamaño, el Timple, creo que así se llama, pero con seis órdenes de cuerdas. Habría que investigar qué relación se encuentra entre estos dos instrumentos.

Herencia de los Jesuitas, existe en la parroquia del Municipio de Topaga (Boyaca), EL ARPA de TOPAGA quizás uno de los pocos instrumentos musicales existentes introducidos por los padres de la compañia de Jesus al nuevo Reino, en los siglos XVI y XVII a sus diferentes Misiones como la de San Pablo Regis en el Guanapalo.

El arpa tiene su origen en la Europa de los Ausburgos, aunque venía siendo tañida desde la época del Rey David, en la Judea bíblica, también conocida por entonces como una lira. pero la que traen los jesuitas a la América española, es de origen austríaco, como la que se guarda en la capilla católica de la población boyacense de Tópaga. Esta arpa, reliquia de las misiones de la Hacienda de Pauto, no es tan alta como las de hoy día y tiene un orden de 24 cuerdas. tampoco podemos decir que esta arpa sea de conciertos pues conocemos muy bien que son de gran tamaño para este tipo de eventos, pero también podemos asegurar que estas arpas de concierto, una que otra entraron al virreinato de La Nueva Granada, pero por su tamaño es poco factible que hayan sido bajadas a los Llanos; tampoco se tiene conocimiento si estas arpas fueron fabricadas en las haciendas misioneras de los padres de la Compañía de Jesús, por que, como lo he anotado anteriormente, el único vestigio de este instrumento de la colonia misionera, se encuentra en Tópaga. pero si es de aclararse que el sacerdote Salvador Gilij, a su paso por la Parroquia de Apiay en 1765 describe la misa cantada por los niños indígenas de la misión y acompañada por instrumentos como el arpa, la guitarra española, la cítara, clavicordio, tÍmbalos y triángulos, también tañidos por los niños indígenas.

CONTINUARÁ...

Mujeres Emprendedoras Orocueseñas (Video).

Magdalena Guayabo, nos narra su forma de vida, la cual a dedicado su mayor tiempo, por tal motivo se destaca como una gran mujer emprendedora de este terruño de paz, Orocue . Tomado de Facebook: Mujeres Emprendedoras Orocueseñas

 

miércoles, 26 de agosto de 2020

MILAGRO EN TIEMPOS DE GUERRA.

 

Panorámica de Támara, Casanare. Fotografía, Twiter,

MILAGRO EN TIEMPOS DE GUERRA.

Por: Beyer Ortiz.

Támara, población de años de Historia es uno de los municipios más antiguos del Casanare. Siendo un poblado cargado de tantas historias estas deben quedar plasmadas, para que las nuevas generaciones de Casanareños tengan presente el génesis de este departamento, cuya historia está ligada a los primeros poblados que existieron en sus inicios como provincia. Fue fundada oficialmente el 6 de agosto de 1628 por religiosos españoles y los nativos indios “Támaras” que habitaban estas tierras; adelantando un poco más la historia, en los años 50 cuando la violencia en Casanare era tan fuerte hubo una clase de eventos, que vale la pena rememorar y saber el significado e historia a partir de estos sucesos.

La guerra estaba en su máxima rudeza, el ejército nacional y las guerrillas liberales de Guadalupe Salcedo se peleaban cada centímetro de los llanos, eran campos de batalla las llanuras ardientes, donde morían gente de ambos bandos. Los que llevaron la peor parte fueron los poblados existentes en el Casanare, donde uno a uno fueron quemados destruidos y vueltos cenizas.

Támara era uno de los pocos o tal vez el único pueblo donde las embestidas guerrilleras no habían tocado, pero las consignas de los hombres de Salcedo era que se tenía que llegar hasta allí y aplicar el mismo método que venían aplicando en los demás poblados ya atacados. Támara un pueblo practicante de su fe sabía las intenciones de los liberales en armas, debían de sacar sus armas para defenderse y era la oración, porque sabían  era cuestión de tiempo para que los tres cuarteles del ejército que habían en el pueblo, fueran atacados por tan basta fuerza roja.

Imagen Virgen del Carmen.

Los rumores eran de viva voz, la guerrilla liberal atacaría y destruiría el pueblo como ya lo había hecho con otros, pero su población y sus religiosos eran de una fe inquebrantable. Llegó la hora dispuesta, cientos de guerrilleros liberales dejaron los llanos y se dirigieron al piedemonte Llanero, su objetivo: tomarse por sorpresa Támara. Avanzaron, no sabían a ciencia cierta qué cantidad de militares ocupaban el poblado, de lo único seguro que estaban era que no eran ni igual ni mucho menos superiores a ellos.

Vale la pena anotar que Támara esta rodea por tres cerros que son testigos de sus sucesos: El piojo al norte,  el Santa Barbara al occidente, el San Antonio al oriente, y al sur se puede apreciar la llanura. Ya la guerrilla estaba cerca de tomar el primer cerro al oriente, antes de subir se encuentran con una ancianita que les recomienda no seguir por que según ella, en el pueblo habían muchísimos militares más que los guerrilleros. Estos entraron en duda entre sus comandantes,  algunos no daban crédito a tal cosa y querían percatarse de la situación por sus propios ojos. Así que decidieron llegar al cerro del oriente y desde dicho sitio otear y constatar si en verdad la anciana decía la verdad.

Al llegar a la cima del cerro observaron algo asombroso, las calles se veían llenas de militares en tal cantidad que los ponía en desventaja, así que su conclusión fue retirarse y postergar el ataque. No podían creer que hubiera tanta gente del ejército en el pueblo y la verdad era esta, los militares que en ese momento había en el pueblo no superaban los 30 hombres. Se supo después que fue un milagro que Dios hizo, no quería por la fe de sus gentes que les fuera a pasar algo o terminarán mal. Todos lo supieron después, tanto guerrilleros como la población civil.

Cerro Santa Barbara. Fotografía, mapio.net

Los guerrilleros liberales se sintieron engañados y los pobladores de Támara felices, daban gracias a Dios por ese milagro. Sus pobladores en agradecimiento mandaron a traer una estatua de la virgen del Carmen, para colocarla en el cerro Santa Barbara como símbolo de fe y protección. El cura párroco del pueblo la trajo en avión hasta el tablón de Támara, lugar hasta donde llegaban todos las cosas que venían del interior del país. La cuestión era llevarla en comunidad a pie, era la única forma de acceder a Támara porque su peso era como de 300 kilos más o menos. El día que llegó a la pista del tablón el avión que llevaba el cura y la estatua de la Virgen del Carmen, vaya sorpresa... estaban los guerrilleros liberales.

Volvieron a recordar la escena de meses atrás, donde según ellos por culpa de la Virgen era que no habían podido tomarse a Támara. Retuvieron al cura y en retaliación lo obligaron a cargar la imagen de la virgen a sus espaldas. El Curita acudió a su fe, y sin más ayuda que algún arreo o pretal la cargo a sus espaldas, y para sorpresa de él no sentía peso alguno, pudiendo caminar libremente. Basta recordar que el camino era de herradura y en pendiente.

Los guerrilleros lo acompañaron varios kilómetros y después lo dejaron solo en el camino. Ya cuando quiso cargar la imagen otra vez, pudo sentir el peso real y le fue imposible seguir la marcha pero ya estaba solo y confiado que nada malo le iba a pasar. Con ayuda de la comunidad fue llevada hasta Támara y subida hasta la cima del cerro Santa Barbara, donde fiel testigo de la historia y acontecimientos de este bello municipio Llanero lleno de alegría y amabilidad, sigue velando por los habitantes del poblado.

sábado, 22 de agosto de 2020

ITINERARIO DEL NORTE.

Avión Douglas C-47 HK-316 "Ciudad de Barrancabermeja" de AVIANCA, en alguna pista de Casanare, muy posible San Luis de Palenque, años 60. Fotografía, Créditos, grupo DOUGLAS DC-3/C-47 LOS BUSES DE LA SELVA COLOMBIANA.

Crónica escrita por el Cap. HUMBERTO LEON R. insigne piloto ex-Avianca retirado por edad, quien vivió la época de oro de los emblemáticos Douglas DC-3. Dejo plasmadas sus vivencias de toda su vida como piloto al mando de la mayoría de equipos de Avianca desde el DC-3 hasta el Jumbo 747, en una bitácora titulada "DETRAS DE LAS HELICES" que publicaba en la página de aviación virtual www.solaris.com, los cuales conservo como un tesoro. Con el permiso de el o de su familia, quiero dar a conocer estos escritos a través de los grupos de aviación en los cuales escribo, dándole su respectivo crédito.

 

ITINERARIO DEL NORTE.

Por el Cap. Humberto Leon Ruiz.

Al despuntar la mañana, 5:50, en el aeropuerto de Vanguardia se anunciaba la salida del vuelo de Avianca con destino a muchos aeropuertos y el último.... Cúcuta.

Pasajeros en su mayoría "camaritas", apodo con que se conoce al llanero, cuyo equipaje de mano iba desde una mochila hasta un gallo, no sin contar innumerables elementos que no podían faltar como el radio transistor, carriel llanero y el sombrero inigualable que orgullosamente era lucido tanto por hombres como por mujeres.

La primera escala sería en Medina, pueblecito pequeño a no más de 10 minutos de vuelo y donde era de rigor saborear las deliciosas arepas que una buena señora elaboraba justamente el día del vuelo. Quince minutos de despacho y luego a Monterrey, caserío a orillas del rio Tua, famoso por un buen colegio campesino donde nos demoraríamos otros 15 o 20 minutos.

Después continuaríamos a Tauramena, población bañada por el rio Cusiana, retirada a unas cuantas cuadras del aeropuerto donde operaba un famoso convento de monjitas, quienes de forma muy acuciosa nos daban la bienvenida con un delicioso jugo de papaya. Era un aeropuerto de pista ancha y aparentemente buena, siempre con la presencia de un burrito que con el tiempo se hizo famoso y servía, a veces, cuando la visibilidad estaba reducida, para ubicar la pista, parece increíble!!!

Douglas DC-3, HK-122 aeropuerto "La Ultima Lagrima", Yopal (1973). Fotografía, Créditos, Douglas DC-3/C-47 Los Buses de la Selva Colombiana.

La superficie era supremamente lisa y más de una vez hube de realizar la singular maniobra "el caballito" de la cual ustedes son ya conocedores. Cuando llovía había que tenerle miedo a este aterrizaje. Proseguíamos después a Aguazul, especialmente en el vuelo con destino a Sogamoso y famoso este aeropuerto por el Sr. Rincón, despachador de vuelo, quien por su eficiencia lo bautizamos" cinco minutos". Con el tiempo vino a ser jefe del Despacho en el Dorado.

Proseguiríamos con nuestro itinerario al Yopal, población que distaba una eternidad de lo que es ahora, ubicada en la margen derecha del rio Cravo Sur. En ese entonces era un caserío pequeño, en el cual el batallón del Ejercito se encontraba en Relación ( formación en la cual se reúne todo el personal, tanto militar como civil quien presta su servicios a las FFAA) exactamente a la hora del arribo del avión y por tal motivo y al considerar que se encontraba distante del aeropuerto hacíamos un sobre vuelo bastante bajo para arrojarles varios números de la prensa debidamente amarrados. Esto nunca se les olvidará a aquellos militares y por ende a nosotros tampoco.

Avión Douglas C-47 HK-316 "Ciudad de Barrancabermeja" de AVIANCA, en alguna pista de Casanare, muy posible San Luis de Palenque, años 60. 

Mientras cargaban el avión y el copiloto ayudaba a la tarea del tanqueo el cual se realizaba con una bomba de mano que operaba él, se sacaba el combustible de canecas de 55 galones cada una y a traves de una especie de badana que servía de filtro se llenaban uno a uno los tanques principales. Mientras esto sucedía, el cabinero que hacía las veces de Despachador ordenaba el cargue del avión y vendía los pasajes a los pasajeros locales; el capitán se dirigía a una pequeña tiendita a refrescarse con alguna gaseosa al clima.

Próxima escala Nunchia, especie de portaviones, a orillas del rio Tocaría y conocido por sus encontrados y fortísimos vientos. Bastante retirado del pequeño pueblito, donde cuando se pernoctaba había que hacer una larga trayectoria en mula para descender y luego volver a subir hasta coronar una pequeña colina donde se levantaba como bandera erguida e imponente la cúpula de la iglesita con capacidad para 60 personas a lo sumo. Cuando la demora era bastante prolongada por mal tiempo o por otro factor como cancelaciones de vuelo etc. etc., alcanzábamos a refrescarnos en el Tocaría con sus aguas cristalinas y muy puras.

Tablón de Tamara era nuestra siguiente escala. Aeropuerto muy parecido a Nunchía, a orillas del rio Pauto, pero sin esos ventarrones tan terribles y un poco más larga la pista.

Ya en estos momentos serían las 7:30 de la mañana y nos deponíamos a aterrizar en Paz de Ariporo, población rodeada por el rio de su mismo nombre y con un campo de aterrizaje situado a más o menos 20 minutos del pueblo. Allí nos estaba esperando el famoso "caldo peligroso" de la comadre de Paz, esposa del buen Joaquín encargado de Avianca, quien entre otras muchas cosas había recibido sus siete hijos sola, sin ayuda de nadie y quien por su bondad infinita le profesábamos un cariño entrañable todos los pilotos; ella siempre tenía un detalle para con nosotros y solía enviar a nuestras esposas cualquier detalle: pollos, cerditos y hasta venados.

Se imaginan ustedes llevando a Bogotá un cerdito o un venado ¿?? Imposible; pero no se le podía despreciar. Definitivamente el caldo de la comadre nos sabía a gloria!!!

Seguiríamos con nuestro vuelo a Hato Corozal, pista ubicada a orillas del rio Casanare y donde el buen Salomón, viejo bonachón ya entrado en años y representante de la compañía , tenía preparada un hamaca fresca e inmaculadamente limpia para el descanso del Capitán mientras el avión estaba listo para continuar con la interminable excursión. En muchas ocasiones entre dormido y despierto alcance a oir al buen Salomón susurrar : Silencio!. No hagan mucho ruido que el comandante está descansando ¡no lo vayan a despertar! ....Esta era la operación del llano.

Un Douglas DC-3 en una pista de el Llano. Fotografía, Créditos a su autor.

La próxima escala sería Tame con un aeropuerto excelente para esa época, a pesar de no tener ninguna radioayuda pero lo encontrábamos muy cómodo: pista larga y ancha , eso sí mientras no estuviera húmeda porque así las cosas serían muy diferentes. Varios compañeros engañados por la apariencia de la misma siguieron derecho y fueron a parar varios metros después del final. Eso era una operación normal llanera!!! Cuando sucedía un percance de esta magnitud entre todos los pasajeros sacaban el avión y el vuelo continuaba...

Tame era famosa por las fiestas las cuales entre otra actividades fuera de las del reinado estaban las famosas corridas de toros con torerillos de bajo cartel pero que hacían las delicias de chicos y grandes. Tuve oportunidad allí de conocer una chica famosa de 4 en conducta a quien la apodaban "la banderilla", pues en un lance amoroso de incontrolables celos, otra compañera le había clavado en el estómago una banderilla en unas fiestas bastante animadas.

Rondón, nuestro próximo destino, despertaba en mí, una particular simpatía. Allí funcionaba un colegio de niñas cuya directora y profesora de ingles eran también unas jóvenes paisas muy queridas que estaban haciendo sus respectivas pasantías y cuando cruzábamos a muy poca altura por encima de las instalaciones del colegio abordaban su jeep de dotación y salían presurosas a invitarnos al colegio a tomar chocolate con galletas de soda, cosa poco bien vista por el cura del pueblo quien montaba en ira santa al ver la polvareda que levantaba el famoso campero camino del aeropuerto.

Rondón, también a orillas del Casanare tenía fama por sus hormigueros los cuales, si no se sabían esquivar , al pasar por encima de ellos, el avión quedaba completamente enterrado, es decir se veía una nave sin llantas!!!

Las chicas en mención nos encargaban de Cúcuta , destino final antes de devolvernos por la misma ruta, galletas de San Antonio, algo de rancho etc etc, cosas todas estas que se conseguían en el mismo aeropuerto.

Cravo Norte nos estaría esperando como siguiente escala. Campo pequeño situado a la margen sur del rio de su mismo nombre, donde el queridísimo Carlitos, representante de Avianca nos estaría esperando con sus incomparables empanadas de chiguiro. ¡Que manjar tan exquisito!!! dos o tres eran devoradas ávidamente acompañadas de un apetecido jugo de lulo o naranja.

Aeropuerto Vanguardia, Villavicencio. Fotografía, mapio.net

Continuaríamos a Arauca , aeródromo con controlador de tráfico y con radiofaro. ¡Que comodidad!!! Allí volveríamos a tanquear y luego procederíamos a Cúcuta no sin antes saludar muy deferentemente al Sargento "Nikita," apodo puesto por los cabineros por su extremado celo en no dejar pasar absolutamente nada de Cúcuta a Villavicencio a saber: radiecitos tipo panela, galletas venezolanas y algo de rancho elementos éstos que los mencionados auxiliares llevaban especialmente en Diciembre para que con su venta aliviar un poco más lo estrecho de sus salarios. Invitábamos pues a este señor a tomar un café o a almorzar cosa que siempre aceptaba devorando velozmente un pollo completo con derecho a repetición como él mismo decía y tratando de moverle el corazón para que dejara su disciplina prusiana y permitiera que el cabinero pudiera traer "algunos encarguitos de su familia". Ya al medio día entrábamos a Cúcuta, aeropuerto con todas las de la ley y allí tomaríamos el almuerzo para luego devolvernos a Villavicencio por las mismas partes, con alguna excepción.

Eran pues itinerarios con 20 o más aterrizajes.

¿Que podía importar?. Eramos jóvenes, muy jóvenes en esa época!!! Y nos encantaba ese tipo de operación.

Llegaríamos a Villavicencio con el sol de los venados y con lo más importante: la satisfacción del deber cumplido.!!!

H. León R.

 

martes, 18 de agosto de 2020

UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL FOLKLORE LLANERO (Segunda Parte).


Velorio de Cruz de Mayo, drawing by Anton Goering, 1892.



UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL FOLKLORE LLANERO (Segunda Parte).

Por: Profesor JAIRO RUIZ CHURION

Junio 5 de 2019.


Hasta el siglo XIX en los llanos se bailaban galerones y se cantaban galerones, basta con leer a los autores que escribieron sobre el Llanos en ese siglo como Jorge Brisson, en su "Excursión por Casanare" y allí encontraremos muchos ejemplos de los bailes y cantos de galeras, en su trasegar por las llanuras del Oriente colombiano. Con esto dejamos ver las variedades de romances que se cantaban en los Llanos y que poco a poco fueron configurándose y adaptándose a la fisonomía llanera. 

Por ese entonces, la música que se escuchaba en el nuevo continente y que fuera traída por los conquistadores y misioneros, era el galerón, como orgullo de la raza hispana, que se fundía con el valse austríaco, tan de moda por la época de la conquista, Esta curios mezcla va a dar origen a varios ritmos musicales en México, pasando por Cuba, Ecuador, Argentina, Brasil, Perú, ¿y por qué no? Los Llanos Orientales de Colombia y Venezuela. Galerón araucano era lo que cantaba Jesús Martínez en el Hato de La Candelaria, por allá en los años treinta, y que se conoce aún: En los llanos del setenta onde se colea ganado me dieron para mi silla un caballito melao. Me lo dieron por maluco me salió requetemplao, pues con él llegué a tumbar toros de cachos volteados. El llanero le cantaba a su entorno, a su cotidianidad, a la noticia, a la charada, y a la humorìstica relación con las mujeres; él era el mensajero de las llanuras, pues por donde pasaba un vaquero y pernoctaba en un hato, esa noche contaba cantando lo que había oído y visto por donde iba trasegando. 

Y para muestra, viene la letra de un corrido Casanareño de 1905, sin conocerse al autor de la letra, pero que narra totalmente y sin tapujos lo acontecido en la batalla de los Llanos de la Vigía, Casanare, durante una de las muchas confrontaciones que librò el general Avelino Rosas contra las fuerzas del gobierno en la Guerra de los Mil Días. 
Un Rodeo en los llanos, Grabado de Riou. Bibioteca Nacional.


Sucediò asì: En el año de 1900, en las Sabanas de La Vigìa, en el actual departamento del Casanare, se enfrentaron las fuerzas del gobierno nacional conservador, con las del general Avelino Rosas, de filiación liberal: "Ay, caramba por esta sabana abajo, ay, caramba donde llaman La Vigìa" Narra nuestro personaje incógnito, quien posiblemente pertenecía al ejército del gobierno conservador y se salvó de esta batalla, y quienes se encontraron con el ejército llanero liberal del General Rosas: "Me encontré con un negrito, me encontré con un negrito llamado José María". 

Los llaneros fueron quienes primero provocaron a la fuerza conservadora para presentar batalla, y duraron cincuenta días entre escaramuzas y encuentros de los dos bandos se hizo una de las matanzas más encarnizadas de esta confrontación bélica: "Ay, caramba me invitó a jugar espadas, ay, caramba le dije que no sabía, ay, caramba me dijo que me enseñaba, me dijo que me enseñaba, le dije que aprendería". "Ay, caramba, duramos jugando espadas, ay, caramba siete semanas y un día, ay, caramba los paticos navegaban los paticos navegaban, en la sangre que corría". 

Antiguo conjunto Llanero:


Esta batalla la ganó el general Avelino Rosas, y se cuenta por los historiadores, que fue tal la desbandada del ejército gobiernista, que mucha gente se perdió en las llanuras aledañas al río Upía. En el libro "Liberaladas de una Revolución", del sacerdote agustino recoleto Daniel Delgado, y quien residió por muchos años desde 1910 hasta 1945 en Orocué Casanare, explica que la matanza en la sabanas de La Vigía, se dio a puro machete, pues ninguna de las dos fuerzas en conflicto contaban con armas de fuego: "Ay, caramba las espadas se afilaban, ay, caramba en los huesos que rompían, ay, caramba los chulitos se ahitaban, los chulitos se ahitaban de la carne que comían". "Ay, caramba si no corro tan ligero, ay, caramba me alcanza José María. Ay, caramba, él corrió pa´la Poyata, él corrió pa´la Poyata yo pa´Barranca de Upía. Este corrido titulado "José María", estuvo en boca de los llaneros por las primeras décadas del siglo XX; llanero venezolanos que llegaron a los Llanos del Casanare a principios de dicho siglo, lo cantaban en sus joropos, contado por Rosario Bellera Mirabal en el año de 1985, a la edad de 85 años, en la localidad de Orocué. CONTINUARÁ...

10. OROCUE, la Perla del Meta (1850).

 

Panorámica de Orocué, Fotografía Las Chivas del Llano.

OROCUE “La Perla del Meta”

Orocué fue fundado en 1850 por indígenas de la región y colonos españoles, se constituye como el decimo pueblo más antiguo de Casanare. San Miguel de Macuco fue fundado por los sacerdotes jesuitas Rivero y Román, el 17 de septiembre de 1730, por lo tanto la gramática no pudo haber sido escrita en 1709. Se conoce una gramática sáliva (la única) que fue escrita por el padre Román en las misiones del río Orinoco, alrededor de 1710. El nombre de Orocué ya existía cuando el agregado francés Antonio Liccione y varios miembros de la tribu de los sálivas, fundaron la población el 1 de enero de 1850. El nombre Orocué viene de la lengua indígena yaruro y significa "lugar de descanso", más nunca se derivó de las palabras Oro y Cuero, pues jamás hubo minas de oro por esa época y todavía no habían comenzado las transacciones comerciales a través del río Meta con Europa. Todas esta información se encuentra en el libro "Historia de Orocué" de Roberto Franco y editado por KELT Colombia S.A./ECOPETROL, y una monografía de tesis de grado para optar por el título de Pedagogía Infantil, de dos hijas orocueseñas, que reposa en la biblioteca del colegio Inmaculada Concepción.

Misionero, caucheros e indIgenas en Orocue, año 1.940. Fotografía, Creditos, FAFO y Rosalia N. de Flores, a través de Hisotira de Orocué.

José Eustasio Rivera escribió su novela más famosa la "Vorágine" durante una estancia en este poblado.


El nombre Orocué se refiere a un topónimo utilizado para designar al caño que desemboca en el río Meta, al cual se le conoció en el siglo XVIII con el nombre de caño San Miguel o Macuco; precisamente la aparición de este topónimo se relaciona con la decadencia de la misión sáliva de San Miguel de Macuco, hacia 1825, a causa de la expulsión de las misiones jesuitas. De este modo los habitantes de San Miguel de Macuco, fundaron en la costa del río Cravo el poblado de Guayabal, de marcada importancia comercial con Venezuela y que desapareció en 1856 a razón del accidente de un barco de la Compañía de Vapores del Orinoco, población que se incorporó posteriormente al pueblo de Orocué. 

 

Antigua iglesia de Orocue, año (1.961). Fotografía, Créditos, Cesar Llanos, a través de la fundacion ISANA.

Como fecha oficial de fundación del pueblo de Orocué se tiene el 1 de enero de 1850 , pero investigaciones de tipo etnohistórico han fundamentado otra fecha de fundación que sería hacia el mes de agosto del año de 1858, efectuada con la participación de Antonio Liccioni y los indígenas sálivas, guahibos y achaguas; se reafirma el hecho de que con los despojos de Guayabal se fundó el pueblo de Orocué.

Baile indigena de el Botuto en Orocué. Fotografía, Casanare conocélo.

A principios del siglo XIX Orocué alcanzó una prestigiosa importancia comercial a razón del transporte a vapor por el río Meta, pues se realizaban importaciones de mercancías provenientes de Alemania, Francia y Venezuela; esta situación fue la base para la creación de una aduana nacional, primero en 1867, y luego de algunas renunciaciones, desde 1895 hasta 1928 , situación que impulsó tanto el desarrollo de la navegación como del comercio. 

El legendario Vapor Meta en Orocué. Fotografía, Jairo Ruiz Churion, a traves de CANAL LLANERO.

​Desde Orocué se exportaban cueros de becerro, de res, de venado, de tigre, plumas de garza, arroz, bálsamo de copaiba, cauchos y sarrapia, principalmente hacia los mercados de las Antillas Holandesas, Estados Unidos, Venezuela, Alemania, España, Francia, Gran Bretaña y Dinamarca . El desarrollo económico de Orocué y su florecimiento comercial, se presentó desde 1890 hasta 1930, época en el que se le consideraba importante puerto fluvial tanto nacional como internacional. La decadencia en la comercialización y transporte de mercancías desde Orocué, se​ vio relacionada con hechos tales como la guerra de los mil días, los conflictos limítrofes entre Colombia y Venezuela los cuales acarrearon sobrecostos en el transporte de productos locales hacia los centros comerciales, además de la influencia de la depresión económica sufrida en los años treinta, con lo cual se disminuyó la demanda de productos exóticos.

Orocue-casaanre.gov-co

domingo, 16 de agosto de 2020

Hijos ilustres de Casanare - JOSE FORTUL BARRAGAN “FOSTO”.

José Fortul Barragán "Fosto", Fotografía, José Yezid Vargas Barragán.


Hijos ilustres de Casanare.

JOSE FORTUL BARRAGAN “FOSTO”.

 

A la memoria de un Llanero.

“A mis padres, mis oraciones

A mi esposa, mi amor y  respeto

A mis hijos, mi adoración y ejemplo

A mi tierra, mis notas y mis versos”.

(Palabras de Fosto).

Quiso a su tierra como el tesoro mas preciado, como pocos quieren a su llano a sus gentes, vivió para su terruño, “las bellezas, las grandezas del Todopoderoso quedaron plasmados en el llano”, esto siempre lo repitió. Hijo de Luis Barragán Galvis y María del Carmen Farfán Sanchez, nació en el Hato la Bendición, corregimientos de Guanapalo, municipio de Nunchia, departamento de Casanare, en Diciembre 19 de 1936; hermano menor de seis mujeres y mayor del numero ocho, Luis María a quienes llamaron cariñosamente “Quinina”. Los primeros años los pasó junto a sus padres y hermanos en el Hato la Bendición. Siendo aún niño lo llevaron para Labranzagrande, de allí a Duitama (Boyacá), en donde cursó sus estudios primarios en el Colegio de la Presentación y Camilo Torres.

Por presiones político-religiosas su padre se trasladó nuevamente al hato y el fue internado en el Gimansio Boyacá.

"Fosto" en su juventud en el recién fundado San Luis de Palenque. Fotografía, Créditos, José Yezid Vargas Barragán. 

A raíz de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, el 9 de Abril de 1948, este colegio y muchos otros fueron cerrados y volvió a la Bendición. Su padre murió el 30 de Noviembre del mismo año, fecha en que  empezaba a organizarse las guerillas del llano.

Desde esa época hasta fines del año 50 estuvo junto a su madre, viajaron a Sogamoso en donde con muchas necesidades estudio en el colegio Sugamuxi.  

Gran parte de su vida la pasó en la llanura, especialmente, en el Hato la Bendición donde fue adquiriendo conocimientos propios del medio. Sus tíos maternos le enseñaron a querer entrañablemente su tierra, a respetar las costumbres, a vivir el folclor del que fue su amante y al que profesó un gran cariño, demostrándolo en versos, composiciones, canciones, oratorias y  escritos.

Entre  sus composiciones se destacan: “La vaquería”, “Mis dos perlas”, “El cimarrón y el muchacho”, “Soñar despierto”, “El cofre de mis recuerdos”, ”El cuarto de San Alejo”, “El Ladrón de mi navaja”, “El piquete del Asno”, “Fragmentos históricos”, “Poemas a Luis Barragán”, “El pensamiento del novio triste”, y “El Himno de Nunchia”; además, participó en el concurso del himno de Casanare. Fue organizador y jurado del Festival Cimarrón, Director de la Casa de la Cultura de Casanare, juez en mangas de coleo, amante del joropo y las parrandas.

"Fosto" en su juventud en el recién fundado San Luis de Palenque. Fotografía, Créditos, José Yezid Vargas Barragán. 

En su juventud fue trabajador de llanos en hatos como: “Chaparrito” Marfureño en Pore; en “Venecia” de Manuel Sarmiento, y como vaquero de “La Bendición”, en “El Encanto” de Gerardo Zambrano, “San Rafael” de Jaime Arenas, “Veladero” y “Alcalá” de Julio Arguelles, “El Palmar” de Juan Medina Díaz, “La Barquereña” de Luis María Tobian, “El Alcaravan” de Policarpo Plata, “Bizerta” de Celmira Barragan y Tomas Plata, “Palmarito” de Margarita Barragan de Amador, y algunas fundaciones. Después de ser becerrero en el hato, fue caballicero mayor logrando mas tarde ser administrador del mismo.

Amante furibundo de los caballos, criador y arreglador de los mismos, de los que saco grandes campeones en vaquerías, carreras y adiestramiento para el coleo. Viajero incansable de ganado de las costas del Casanare a San Martin (Meta), junto con Tomas Plata, Luis Felipe Díaz, Jorge Amador, Abelardo Amador y otros mas.

"Fosto" en la manga de Coleo "Victor Hugo Prieto" de Yopal. Fotografía, Créditos, Roberto Rios.

Fue jurado en diferentes eventos culturales. Publicó varios escritos como:

Columnista de el periódico Llano grande.

Autor de el Himno de Nunchia.

Prologó el libro “Vidas Casanareñas”.

 

De su autoría han sido grabadas entre otras:

“Recuerdos del Gavan” por Jair Barragán

“La Vaquería” por Orlando el Cholo Valderrama

“El cimarrón y el muchacho”, por Walter Silva.

Trabajo con Petroleros Asociados como negociador de tierras y relaciones con la comunidad. Dejó sus huellas de Llanero en los Hatos La Bendición, Guanapalo. Como copropietario en la hacienda Matepantano dio pautas para la buena organización de un hato. Trabajó en COMEGAN de asistente en negociación de ganado entre Colombia y Venezuela. En institutos descentralizados realizo trabajos como auditor. Fue consejal municipal de Yopal ocupando la Presidencia, y le dio altura en los aspectos folclóricos y culturales a su llano querido, como director de la Casa de la Cultura Casanareña.

En la compañía petrolera ELF AQUITAINE, como asistente de relaciones públicas, ayudó a la comunidad a solucionar muchos problemas, especialmente en la creación y organización de escuelas rurales, pues siempre estuvo convencido que si se educaba al pueblo se lograría un verdadero desarrollo. Debido a su entusiasmo por la Historia, fue delegado por la compañía para la celebración de los 170 años de la Campaña Libertadora, durante las actividades correspondientes a Nunchia.

Con la empresa Chicoral, proyectó trabajos como Asistente de Construcción de vías, al igual que con la BRITISH PETROLEUM COMPANY, en el departamento de tierras donde fue negociador, procurando la mayor equidad.

José Fortul Barragán "Fosto", Fotografía, Fondo Mixto de Casanare.

Quienes conocieron a “Fosto”, son testigos de carisma sus palabras llenas de amor, poesía y sabiduría, para describir los paisajes del llano.

Con sus versos, coplas, poesías, dichos y cantos, sus paisanos aprendieron a querer la sabana con sus leyendas, personajes y costumbres, el coleo, las vaquerías, las faenas de trabajo del llano, el verano, el invierno, amores y desamores, los sobrenombres, los dichos, la mamona y el parrando. Criticó a quienes siendo llaneros, no se mostraban como tal, lo mismo a quienes en presentaciones artísticas autóctonas olvidaban los atuendos verdaderamente criollos.

El lucero mañanero, los venados, los esteros y morichales, los garzones, el chigüiro, el cachicamo, la cotiza, el sombrero y muchas cosas mas del universo llanero fueron su inspiración para su producción artística y literaria.

“Matepantano”, hoy de la Universidad de la Salle, tiene las huellas de un sabio que durante 12 años dejo bellos recuerdos como socio y administrador.

Allá fue pionero de la siembra del arroz en nuestro departamento. Trabajó junto a muchos lideres de la región, por la afirmación de la independencia política y administrativa de Casanare del departamento de Boyacá.

Su familia la conforman su esposa Blanca Belen Rios de Barragan, llamada cariñosamente “Milucha”; y sus hijos Blanca Patricia, Luis Gullermo “Garrafón”, Roberto Alfredo, Juan pablo “Pachalas”, Maria Cristina, José Manuel “Manoluto” y 17 nietos.

Con el “Tio Jairo” su cuñado, compartió ratos agradables en parrandas, al igual que las largas jornadas de trabajo de llano.

Texto y fotografía: “RESEÑA HISTORICA DE CASANARE”, Fondo Mixto de Casanare.

 

sábado, 15 de agosto de 2020

LOS SALIVAS - Resguardo del Duya, Orocue.


Los Sálivas, es un pueblo indígena sociable con gran gusto por la música y sus instrumentos. Por tal motivo hemos emprendido este viaje para tener un contacto con los Sálivas y conocer el baile o la danza del botuto que se realiza por las fechas del 2 de febrero todos los años, hacia la celebración del día de la virgen de la candelaria patrona de Orocue. YouTube, CANAL LLANERO.
 

miércoles, 12 de agosto de 2020

UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL FOLKLORE LLANERO (Primera parte)

 

Joropo Dance, Eloy Palacios. Wikipedia.

UNA APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL FOLKLORE LLANERO (Primera parte)

Por: Profesor JAIRO RUIZ CHURION

Junio 5 de 2019.

Hace algunos años, cuando en la Universidad de los Llanos se llevó a efecto un curso taller de Pedagogía en Música Llanera, dirigido por el prestigioso arpista y maestro sanmartinero Carlos "Cuco" Rojas, curso que recopiló lo aprendido durante varios talleres elaborados en el año, en diferentes departamentos de los Llanos Orientales. En esa sesión final, en la cual se graduaron los alumnos como técnicos en pedagogía de música llanera, me encargó el Ministerio de Cultura (quien hacía parte de la organización del evento), la conferencia magistral relacionada con el folklore de los Llanos Colombianos. Por lo tanto preparé estos apuntes que a continuación transcribo, y que ha sido gracias a que revolcando en mis archivos, lo acabo de encontrar. Este escrito se lo dedico a mis compañeros de faenas en investigación de la historia Nancy Espinel y Oscar Pabón.

No es fácil disertar sobre los orígenes del folklore de los Llanos Orientales de Colombia, pues no se ha podido hacer una investigación minuciosa que se comprometa a decir las verdad sobre los muchos y valederos componentes de la estructura del folklore en sus inicios

Muchos investigadores folkloristas han comentado sobre los aportes de la música árabe en la conquista del Nuevo Mundo, o los aportes de los ritmos africanos en la época de la esclavitud en América, como también en las bases que tenemos con el folklore de las Islas Canarias españolas, pues hay que recordar las migraciones de canarios de los siglo XIX y principios del XX hacia Venezuela, que indudablemente contribuyó a la formación musical del joropo en aquel país y que de alguna u otra manera interfiere en los Llanos Orientales Colombianos.

Históricamente es comentado por varios folklorólogos, tanto de Colombia como de Venezuela, especialmente por Elizabeth Haretz de esa nación, que durante la época de la conquista, cuando aquella cantidad de aventureros viajaban hacia el incierto Nuevo Mundo, las melodías que se entonaban en los grandes galeones que cruzaban el océano, les hacía recordar su patria chica, sus terruños, pensando que jamás volverían a sus hogares.


Tres galeones españoles. Finales siglo XVII. Óleo de Alex Breede.

Estas melodías pertenecen al cancionero romancero de Castilla y Andalucía, de otras partes de la Península Ibérica, como también a los cantos gregorianos que llegaban con los misioneros religiosos. Y ya en Tierra Firme, para nuestro interés que es lo que nos convoca aquí, estas melodías comenzaron a conocerse como cantos de galeras o galerones. De las Islas Canarias se recuerda un canto pastoril que está muy divulgado en el cancionero popular de las tonadas de ordeño en los Llanos Apureños y Casanareños:

"Lucero de la mañana, préstame tu claridad,

para seguirle los pasos a mi amada que se va".

Hoy se conoce y se ha vuelto muy popular esta tonada, en la grabación ejecutada por el maestro Simón Díaz, Pabellón Musical de Venezuela, aunque para mi, esta melodía, no era nueva pues desde muy pequeño en los corrales de ordeño de los hatos llaneros, la escuchaba en boca de los becerreros.

Se canta aún en el sur de la Provincia de Andalucía, España, por los pescadores de la localidad, una tonada que en los Llanos Casanareños, primero siendo un galerón del siglo XVIII, se volvió muy popular en los años 40 y 50 del siglo XX, pero ya arreglada a la música y al verso original:

"Ay, si, yo no soy de por aquí,

Ay, si, yo vengo de Andalucía,

Ay, si, como las palmas de dátiles,

Como la palma del alma mía".

Y la que sigue, ya arreglada de acuerdo al cancionero casanareño:

"Ay si, sí, no se vaya señorita,

Ay si, sí, que me encuentro atolondrado,

Ay si, sí, no se retire de aquí,

No se retire de aquí,

Que yo estoy enamorado.

Ay si, sí, señorita no me pise,

Ay si, si, con su zapato de tacón,

Ay si, sí, mira que me estás pisando

Mira que me estás pisando,

Las alas del corazón.

Y qué decir del romance castellano en lengua sefardita del siglo XVII, que dice así?

"A la una nací yo, a las dos me bautizaron,

Alas tres yo tuve amores, a las cuatro me casaron,

Mi marido es un amor,

Alma, vida, y corazón."

Grupo Los Vaqueros, Luis Ariel Rey y Rene Devia en La media Torta, Bogotá, años sesenta. Fotografía, Rene Devia.

Este romance me fue enviado por un familiar desde Israel, en una grabación de acetato en 33 revoluciones por minuto, en el año de 1984, y que inmediatamente lo asocia con el cancionero popular casanareño, y que fue brillantemente cantado por el maestro Orlando "Cholo" Valderrama, bajo el título de "Quitarresuellos"

Y va esta otra perla de la meseta de Castilla:

"Sobre el mundo mi caballo,

Sobre el caballo el apero,

Sobre el apero yo solo,

Y sobre yo mi sombrero".


Entonces, podemos suponer que muchas de las letras del antiguo cancionero llanero de Colombia y Venezuela, tuvieron sus orígenes en los romances gregorianos, castellanos, andaluces o canarios de la España conquistadora. Para formar un buen ejemplo de ello, tenemos el cancionero llanero del sacerdote español Ricardo Sabio, que en sus viajes por la década de 1940 a través de todo Casanare, fue recogiendo y transcribiendo a su libro que tituló "Corridos y Coplas", publicado por la editorial Salesiana en el año de 1963. Dice el mismo sacerdote Ricardo Sabio: "El galerón parece ser el aire más antiguo y tradicional en Colombia, lo Suponen por la melodía, la armonía y el compás, nacidos de los cantos gregorianos de los primeros misioneros españoles. Conserva en su lenguaje muchas voces del castellano viejo: mero, truje, vide, mesmo, asina, agora, hogaño, y otros... En Boyacá (el galerón) lo confunden con el torbellino, que se baila en todas las fiestas de familia". Esta obra del sacerdote Ricardo Sabio, es una de las más vivas representaciones del folklore llanero de mediados del siglo XX y que gracias al entusiasmo de este cura, tenemos un documento bastante actualizado de lo que ocurría con la música llanera en todos los Llanos Colombianos.

Continuará.....