EL LLANERO.
Fragmento.
El llanero es el pastor a caballo que
se encarga de todas las tareas relacionadas a la ganadería, hombre oriundo de
los Llanos de la zona intertropical de la cuenca del río Orinoco que comprende
dos países del norte de Suramérica, Venezuela y Colombia. En Venezuela es
conocida como Región de los Llanos, y comprende los estados de Barinas, Apure,
Portuguesa, Cojedes, Guárico, Anzoátegui y Monagas; y en Colombia la región es
conocida como los Llanos Orientales, los Llanos u Orinoquía, conformada por los
departamentos Arauca, Casanare, Meta y Vichada.
Su origen étnico se remonta a la
unión de los arahuacos, andaluces, canarios y en menor medida los esclavos
traídos por la Corona durante el periodo de la conquista. La forma de trabajar
y de ser viene de los actuales estados Apure y Barinas de los venezolanos que
adaptaron y modificaron las costumbres andaluces, para luego exportarlas al
Nuevo Reino de Granada. Por sus manerismos, su origen étnico, dialecto,
cultura, y papel en las Guerras de independencia Hispanoamericanas, Guerras
civiles venezolanas y en montoneras se ha idealizado y romantizado.
La palabra «Llanero» se deriva del
Llano, la manera como se conoce generalmente la región en ambos países y el
mismo puede equipararse a la figura del gaucho en el centro de Argentina,
Uruguay y Río Grande del Sur (estado brasileño), a la del huaso en Chile, al
cowboy estadounidense el charro mexicano y el qorilazo en Perú de finales del
siglo XIX. Si bien el término se utiliza para denominar a los habitantes de
estas pampas, lo cierto es que por lo general su uso se asocia más con el
oficio de cabrestero y baquiano en vez de solamente designar a un habitante.
Su modo de andar a caballo es
diferente al de sus compañeros americanos. Ramón Páez en su libro Wild Scenes
in South America; or Life in the Venezuelan Llanos nos hace dos observaciones
sobre el modo de andar a caballo de estos jinetes.
Lo mismo que entre los árabes, los
jinetes nunca meten enteramente el pie en los estribos, y solo se sostienen con
el dedo gordo para librarse pronto de ellos en caso de caída. Este continuado
hábito de cabalgar, arquea las piernas y los pies en modo característico, y les
acredita fama de buenos hombres de a caballo.
Muy pocas personas en el mundo son
mejores jinetes que los Llanos Colombo- Venezolanos, exceptuando tal vez a los
Gauchos de Buenos Aires, o igualmente hábiles que estos en su dexteridad donde
muestran hermosas proezas en equitación, debido a su trabajo en el campo del
cual están acostumbrados desde su niñez. Sus caballos, además, están tan bien
adaptados a las diferentes tareas de su profesión que bestia y hombre parecen
ser el mismo ser.
Tomado y adaptado de Wikipedia.
Fotografía de un auténtico Llanero Criollo Casanareño, Créditos a su autor.
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