viernes, 31 de julio de 2020

LAS FIESTAS DE MI PUEBLO SAN LUIS DE PALENQUE


Fotógrafo con cámara de cajón similar a los que asistían a las fiestas de San Luis. Fotografía, Créditos, maestro Nero Lopez. 

LAS FIESTAS DE MI PUEBLO.

Por: Walter Adelmo Castillo Blanco.

Tradicionalmente de el 22 al 26 de Diciembre rematando con el entierro de "Pericles Carnaval" y la "Banda de Guayoyo", se celebraban las tradicionales "Ferias y fiestas de San Luis de Palenque". Con un mes de antelacion se efectuaba el remate de toldos y su adjudicación, los cuales hacia el 16 de Diciembre noche del primer rosario de la novena de aguinaldos ya estaban construidos. El mas apetecido y el que tenia más valor era el esquinero del parque frente al almacén de Don Jorge Garcia; por lo general lo remataba Don Fernando Ballesteros.

Después de 55 años todavía repican en mis oidos la melodía de la canción de moda de aquel Diciembre: "Rosa Maria, se fue a la playa, se fue a la playa, se fue a bañar.....Rosa Maria, baila mi cumbia....." que se amplificaba por un parlante cuadrado de madera amarrado a una guadua, por donde salía la música que emitía un viejo tocadiscos Philips, en el toldo de Don Fernando.

Maria Lombana (q.e.p.d) reina de Ferias y fiestas año 1969. Fotografía, Créditos, Javier Lombana.

Los toldos nos generaban un ingreso a los muchachos que queríamos ganarnos unos riales, primero cargando palma y guadua, ayudándolos a construir y luego cargando agua a baldados del río para llenar las canecas de las cocinas de los toldos de Doña Raquel, la Mona Briceida, Doña Wbaldina, y otras que se me olvida, donde nos jornaliabamos nuestros pesitos y asi tener con que saborear una chupeta, un alfondoque, una agua saborizada, un paquete de habas, mani, un chuzo, o un copo de algodón de azúcar o como les llamaba mi madre: "viento raspado".

Eran cinco días de jolgorio, banda de músicos "chupa cobre" traídos de Boyacá, trios de musicos llegados de villavicencio, toreros en traje de luces y espontáneos criollos guanapaleros, de gaviotas, las calles y demás veredas, carreras de caballos y espescuezada de gallos, carrera de burros, jaripeo, marrana enjabonada, pelea de gallos, y en las noches los diablos y matachines en alocada comparsa, repartiendo vejiga a quien los desafiaba con la frase "diablo pate cabro", acompañaban las procesiones de los rosarios del 16 al 24.

 Fiestas y reinado primer aniversario de la fundación de el poblado, celebrado en San Luis, Agosto de 1954. Fotografía, Créditos, Susana Galindo.

La calle principal se llenaba de tendales de "chucheros" llegados en avión de linea desde Villavicencio y Sogamoso, con mercancías de toda índole: dulceria, ollas, sombreros, ropa, juguetes y el tradicional baratillo. No faltaban tampoco los fotógrafos con su cámara de cajón y el periquito que adivinaba la suerte sacando con su pico de una gaveta una tarjeta presdigitadora, los juegos de azar y tal cual estafador con el juego de las tres tapitas para tumbar a los incautos parroquianos.

En las noches los bailes en la caseta con las candidatas, amenizados por los conjuntos de Miguel Cardenas, Horacio Abril o los Palmaritales, que finalizaban la noche de el 26 con el baile de coronación, donde no podía faltar la intervención de el Padre Pacho Lucea bailando un "Paso doble" con la reina, a petición del público, lo cual no era gratis, pues el curita pedia su respectiva limosna para la iglesia a costa de su intervención, la cual finalizaba con una estruendosa carcajada y los aplausos del público

Amanecía el día 27 y volvía la calma al pueblo, los llaneros que habían salido de la sabana a "fiestiar" abandonaban el pueblo en sus monturas, lo mismo que los mercachifles, chucheros, músicos, la banda y toreros abordaban el avión de linea, quedando el pueblo literalmente robado, el cual volvía a salir de este letargo a las pocas horas cuando el finado "Guayoyo" lograba reunir su Banda, integrada por los pocos borrachos y amanecidos que quedaban en el pueblo.

Se armaban de tarros, latas y ollas viejas integrando oficialmente " La Banda de Guayoyo" con la que recorrían el comercio, estacionandose a la entrada de cada almacen o negocio, donde armaban su algarabía hasta que el dueño no le quedaba otro remedio que darles una botella de onix

sello negro o una canasta de cerveza para quitárselos de encima, so pena de hacerlo tomar un sorbo de una mezcla de cerveza, aguardiente y salchichas que "Guayoyo" llevaba para el efecto dentro de una bacinilla esmaltada nueva, pero que previamente había sido golpeada por todos lados quedando escascarada para que simulara ser una bacinilla vieja. Lógico su apariencia y contenido producían repugnancia y al pobre tendero por lo general no se atrevía a probar dicho refajo y prefería dar la respectiva contribución a los improvisados músicos.

Esta guachafita duraba hasta dos y tres días, hasta que uno a uno iban abandonando el pueblo. De esta forma finalizaban las tradicionales "Ferias y fiestas en San Luis de Palenque". Ante todo éramos felices..... Definitivamente todo tiempo pasado fue mejor. Gracias a Dios y parodiando a Gabriel Garcia Marquez: "Vivir para contarla", así me tilde de "pseudo historiador y habla mierda" un conocido docente y erudito escritor de nuestro pueblo. Con el perdón de ustedes.

Fotografía para recrear la crónica, Créditos Maestro Nereo Lopez, año (1.958) tomada en Yopal. Fotógrafo con su cámara de cajon similar a los que asistían a las fiestas de nuestro pueblo.

 

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