"LOS PALMARITALES Y SU HUELLA MUSICAL EN LA HISTORIA DE TRINIDAD".
Por: Omar Niño Rueda, locutor, periodista e historiador de folclor llanero, miembro del Centro de Historia de Casanare.
Investigación, adaptación y publicación: Walter Adelmo Castillo Blanco.
Desde los tiempos de Pedro Antonio Bocanegra, gran compositor de corridos llaneros, Miguel y Florindo Ariza, no se conocían músicos que plasmaran sus nombres en el pentagrama musical de la historia de la Santísima Trinidad del Pauto, hasta la llegada de Pablo y Abdenago Duran, quienes junto con Horacio Abril, inicialmente conformarían el trio “Los Palmaritales”, nombre que hizo honor a los bellos palmares de la región.
El trio Los Palmaritales se da a conocer gracias al Festival del Joropo realizado en el municipio de Trinidad en el año de 1964 para las fiestas Decembrinas, organizado por Don Oscar Celio Mora y Manuel Avella Chaparro, donde tomaron parte músicos de la talla de Miguel Ángel Martin y Álvaro Salamanca, junto con los conjuntos Los Copleros del Arauca, Trio Primaveral, Trio Sensación, Los Galanes y los Arrendajos, este ultimo de los hermanos Rey, Gil Arialdo, Luis Ariel y Leonel, para completar la constelación de estrellas que por esos días llenaron de música los aires de la costa del Pauto.
La buena presentación de los Palmaritales en el concurso folclórico les valió el primer puesto a nivel aficionado. Con ese importante incentivo redoblaron esfuerzos e incursionaron en el genero tropical, fue así como llego Fabio Enrique Rodríguez "Topocho" al grupo, con sus maracas y charrasca, para poner a bailar a los parranderos con la música llanera y los ritmos caribeños de la época.
En la vida musical de este grupo varios interpretes integraron su elenco, ente ellos recordamos a Jaime Briñez, quien llego del departamento del Tolima, Jesus Duarte “Chucho Negro”, Luis Felipe Salcedo, Ivan Rodriguez “Kaliman”, Luis Lagos y Jairo Buitrago. De igual manera dos bateristas cuyos motes artísticos eran “Tacheula” y “Pilsen”, igualmente Wilson Duran el menor de los hermanos quien falleció a muy temprana edad.
El grupo “Los Palmaritales” inicio con guitarras tradicionales o de palo, tiempo después entrarían a la era moderna y las cambiarían por guitarras eléctricas y un poco más tarde le adicionarían la organeta y la batería, para darle mas realce a la música tropical bailable.
Pablo Duran quien fue el director del grupo desde su conformación recordaba que comenzaron amenizando reuniones familiares de amigos por colaboración, luego cuando se organizaron un poco mejor iniciaron cobrando dos pesos por canción y su primer contrato para un toque de una noche fue de cuarenta pesos.
La vida social de Trinidad siempre giro alrededor de este grupo musical, pues eran quienes animaban todas las fiestas que se organizaban en la caseta comunal ubicada en una esquina del parque principal, por ello como protagonistas primordiales fueron testigos de muchos de los casos que sucedieron en ese sitio de encuentro de la sociedad Triniteña.
Entre las muchas anécdotas, Abdenago recuerda las siguientes: “A la entrada de la caseta, una puerta muy pequeña, siempre se requisaba para evitar que metieran armas. Sin embargo se las ingeniaban para entrarlas, o dándoselas a una mujer, pues a ellas no las requisaban, o las pasaban por las ventanas, por eso cuando se emborrachaban y se formaba alguna pelea y sacaban armas de fuego y la disparaban se formaba el zaperoco. En uno de esos barajustes buscando la salida, la “Negra Gladys” personaje muy conocido en el pueblo, se quedó atorada en la pequeña puerta. Cuando se vino la tromba de gente nadie podía salir, todo el mundo se apretujo contra la puerta y obviamente hubo varios revolcados. En otra ocasión en una sesión de disparos dentro de la caseta, todos corrieron a refugiarse en la cantina y en el escenario donde estamos tocando los músicos, en un segundo nos arrumaron con todos los instrumentos. En la carrera alguien tumbo un bafle el cual le cayó encima a don Cayetano Mancipe que se encontraba agazapado. Don Cayetano al sentir el peso sobre su espalda no se movió hasta que pregunto quién era el muerto que le había caído encima; cuando se dio cuenta que era una cabina de sonido la boto pa’l carajo. Como esas son muchas las anécdotas que se recuerdan de la sociedad de la época en la caseta comunal.
La Caseta Comunal y los Palmaritales conformaron la dupla que se integro en todos los eventos sociales de los años setenta y parte de los ochenta. Muchos de los que hoy están casados bailaron y gozaron como novio con esta pareja de músicos que para bien de la historia existió en Trinidad. De igual manera fueron muchas las reinas populares que recuerdan haber ganado su corona de la simpatía en la caseta comunal y después disfrutar el baile de coronación con Los Palmaritales.
De esos reinados muchos recuerdos quedaron, pues era tanta la vehemencia cn que trabajaban los comités que muchas veces se enfrascaban en disputas por parte de los seguidores de una u otra candidata. Como no recordar a Doña Elvia Cuevas, Mercedes Becerra, Anita Hernández, Mery Cuellar, Dilia Torres, Nieves Rincón, y Evelia Calderón entre otras, quienes casi siempre estaban prestas a colaborar con las candidatas. Sin embargo también hay gratas remembranzas como la de Pedro Nel Escobar, quien siendo el cura del pueblo se enamoró de la Candidata Miryam Hernandez y por ello dejo el sacerdocio y se casó con la reina.
La fama de las buenas fiestas llego a todos los rincones de la geografía llanera, a tal extremo que la caseta fue insuficiente para albergar a los bailadores de y tuvo que cercarse parte de la calle para ampliar su capacidad. Los Palmaritales también fueron tocados por la buena fortuna y su popularidad traspaso fronteras y llego a otros municipios de Casanare y Arauca en donde estuvieron actuando, por ello en alguna oportunidad su nombre fue ampliamente conocido como “Los Palmaritales de Colombia”. En 1986, debido a innumerables compromisos de Pablo y Abdenago, quienes se dedicaron a otros negocios, se tuvo un receso del cual se creía que no saldrían. Para la fecha vendieron sus instrumentos y equipos electrónicos a la alcaldía de Tamara, los cuales fueron de efímera duración en dicho municipio ya que en una toma guerrillera en la cual fue destruido parte del palacio municipal perecieron dichos equipos. En el año 2002 por iniciativa de muchos pobladores y amigos, el grupo volvió a reintegrarse; compraron nuevos equipos y alcanzaron a hacer algunas presentaciones. Para la época del fallecimiento de Pablo, en el año 2014 se habían disueltos definitivamene.
Tomado y adaptado de la Revista CARIBABARE, numero 13 dedicada al municipio de Trinidad, año 2004.
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