[...] El camino sigue por la margen oriental del Río Cravo Sur que desciende del Páramo de Pisba, antes de cruzar el Morro, las puntas de ganado se topaban con el “paso terrible de las Barras ” como señaló Jorge Brisson al cruzar por este camino en 1894:
“El río corre luego entre altas peñas, y su lecho está lleno de rocas, contra las cuales se estrellan espumosas sus aguas verdes. Desde aquí, antes y después de la Quebrada de los Yopos, principian en el camino trozos de vía suspendidos contra la peña y encima del vacío por medio de barras de hierro y palos, cubierto el piso de cascajo y arena; por esa razón se llama esta sección Las Barras”.
Las barras de hierro iban ancladas a la peña, en consecuencia, es un paso bastante angosto y peligroso para las recuas de mulas y para los ganados que al toparse o al cruzar en manada podían caer a los rápidos que crea la roca en el río, los compradores sabían que el ganado no podía llegar completo y durante el trayecto podían morir o perderse, los ganados sufrieron de distintos males.
Los pasos de las Barras se extienden con intervalos en un trayecto de 1,500 metros. Algunos tramos aún se conservan anclados a la roca y constituyen la evidencia material de los procesos tecnológicos desarrollados en la región para optimizar el transporte , también porque el camino tuvo alcance fronterizo, en consecuencia, de gran flujo de móviles.
El paso era bastante conocido en la época (1894), sobre todo por que allí se situaba un peaje para refacción y conservación, de real y medio por bestia, y de cuatro reales por cabeza de ganado; como pasan, por término medio, 7,000 reses anualmente para Sogamoso, 800 para el consumo de Labranzagrande, más los pasajeros, daba por lo menos $3,500 al año esta contribución. Cuando no se empajo el suelo del camino se utilizaron ramas para proteger el casco de los animales, y Eliseo Reclus en 1893 menciona: "en la vía de Labranzagrande hay un trozo enteramente igual al de Hog en el Yatze-Kiang.—V. y V.” – compara un tramo en China con el paso de las Barras.
[...] luego de la "cuchilla de las Barras" – paso complicado para las puntas de ganado y las recuas de mulas - , al pasar el sector del almorzadero - hay un cruce hacía el oriente que sigue el trazo del camino de Marroquín-Nunchía -; el trazo continúa a la orilla del Río Cravo Sur, hasta el sitio de la Cabuya y Guayaque, antiguo paradero de ganados y cruce de caminos, aquel sitio se hallaba en inmediaciones de la hoy poblada ciudad de Yopal.
Fotografía del alemán Horst Martin, viajero y expedicionario de los Llanos Orientales colombianos (1934-1937).
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