Anécdota de un vuelo a Sogamoso, años sesenta.
Otra magnifica crónica escrita por el Cap. HUMBERTO LEON R. insigne piloto ex-Avianca retirado por edad, quien vivió la época de oro de los emblemáticos Douglas DC-3. Dejo plasmadas sus vivencias de toda su vida como piloto al mando de la mayoría de equipos de Avianca desde el DC-3 hasta el Jumbo 747, en una bitácora titulada "DETRAS DE LAS HELICES" que publicaba en la pagina de aviación virtual www.solaris.com, los cuales conservo como un tesoro. Con el permiso de el o de su familia, quiero dar a conocer estos escritos a través de los grupos en los cuales escribo, dándole su respectivo crédito.
¿QUE SE PARAN LOS PELOS???..........¡SE PARAN!!
por el Capitán Humberto León Ruiz.
El común decir de la gente, "¡Se me pararon los pelos!" Creía yo, que se trataba de un mero comentario sin ninguna clase de explicación; sin embargo, investigando científicamente, me enteré de que médicamente la tiene muy adecuada y real.
El sistema nervioso de cada persona, ordena a la misma, que emane internamente, ciertas sustancias en determinado momento de su actividad debido a ciertas circunstancias, como por ejemplo, cambios bruscos de temperatura sustos, sorpresas etc. etc.; es decir toda entidad que se produzca en forma inesperada y repentina en el organismo.
Cuando esto sucede la adrenalina, una de las sustancias en mención, hace, a través del sistema nervioso, que los músculos erectantes de los folículos pilosos actúen y por este motivo los vellos del cuerpo se paran.
Hace muchos años, cuando volaba el DC-3 en Los Llanos, después de haber realizado innumerables escalas en nuestro diario itinerario, aterricé en Nunchía, última escala antes de volar a Sogamoso y pernoctar allí.
Mi copiloto en esa ocasión era "El Glaxo".
Creo que mis lectores han oído hablar de él en artículos anteriores; pero para los que escuchan su nombre por primera vez, este famoso personaje era un copiloto cuyo perfil era nada más y nada menos que el de un rolo bogotanísimo cuyo dialecto afectado, lo hacía, por demás, bastante simpático y agradable.
Pues bien, en ese entonces las ayudas de navegación brillaban por su ausencia y particularmente para esta llegada a Sogamoso se contaba solamente con una emisora en Belencito y el Radio faro de Sogamoso, el cual entraba y daba señal confiable, solamente a muy poca distancia del aeropuerto.
Cabe anotar aquí que la operación del aeropuerto en referencia era la más delicada para el DC-3 en el Llano.
Decolamos de Nunchía aproximadamente a las cuatro y media de una tarde bastante gris, el cielo encapotado con amenaza de lluvia.
La entrada a la Ciudad del Acero debía operarse en condiciones única y exclusivamente visuales.
La altura para cruzar la cordillera y proceder por una especie de cañón al Norte eran 14.000 pies; ya establecidos allí continuar hacia el aeropuerto, descendiendo lentamente, más o menos con Rumbo 220º enfrentados a la Emisora de Belencito y ya en las proximidades de ésta, seguir con el Radiofaro de Sogamoso, formando, por así decirlo, una línea recta entre las dos radioayudas.
Ese día, el cañón se encontraba con muy poca visibilidad y había empezado a llover.
Ordené a "Glaxo" sintonizar la Emisora de Belencito en los ADF´s y una vez ajustados, inicié mi descenso en condiciones visuales, pero realmente, no las más cómodas.
Trascurridos unos minutos y cuando alcanzaba 11.000 pies en descenso, tratando de ver difícilmente el borde de los cerros y como advertí anteriormente, en deficientes condiciones de visibilidad, pedí al Glaxo verificara la identificación de la citada emisora ...
Mirándome fijamente, luego de unos instantes me dijo:
-"Que cosa tan rara, ala, .....no se identifica Belencito, ¿sabes?
Rápidamente hice lo propio personalmente!!! Cuando ¡Oh! ¡sorpresa!!!! No era Belencito, era una emisora de Duitama ¡!!
En este momento ya alcanzaba 10.500 pies.
¡Quedé petrificado!!! ¡Ajusté full potencia y empecé un ascenso brusco!!!
Sentí que la gorra de camuflaje con que volaba en el Llano se me levantaba de la cabeza lentamente, miré los vellos de mis brazos y estaban ¡completamente parados!!
-¡Es Duitama Glaxo!!! –dije- y moviendo el selector del ADF un milímetro quizás... entró identificablemente la Emisora de Belencito!!!
Continuamos el descenso y aterrizamos felizmente en Sogamoso.
En realidad la emisora de Duitama estaba localizada más o menos en el mismo curso que llevábamos, pero el hecho de saber que la señal obtenida y por la cual nos dirigíamos a Belencito en las condiciones ya anotadas de pronto no fuera la esperada, me produjo ese inmenso, momentáneo e inolvidable ¡susto!!
Por eso hoy estoy convencido:
¿Que si los pelos se paran???.....¡Se paran!!!
H.Leon R.
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