domingo, 23 de junio de 2024

19. VILLANUEVA “Atalaya del Llano”.



19. VILLANUEVA “Atalaya del Llano”.

Reseña histórica y cultural
El más joven de los 19 municipios del departamento de Casanare, fue segregado de Sabanalarga el 2 de agosto de 1982, cuando el presidente Julio César Turbay Ayala erigió a Villanueva a categoría de Municipio por medio del decreto 2287
Se halla localizada la ciudad de Villanueva en la estribación que forma la mesa de San Pedro, es decir es el último cerrito para descender a la plena llanura.
La Tradición Oral de Villanueva-Casanare señala que desde la década de 1950, con el renovado auge del Hato (o Hacienda) "La Libertad", hasta inicios de la década de 1960, había un asentamiento poblacional de 40 familias dispersas en los entornos de "La Libertad". La gestión de esta comunidad rural para fundar Villanueva, se debió a la necesidad de construir una escuela donde concentrar a los niños de este sector del sur-occidente de Casanare.
La autorización oficial para fundar Villanueva se aprobó en Tunja, en noviembre de 1962, cinco meses antes del trazado de la plaza principal, sobre un terreno baldío, y ocho meses antes de iniciarse la construcción de las primeras viviendas urbanas. El nombre de "Villanueva" ya estaba escrito dentro de la solicitud para la aprobación oficial.
Los aborígenes de los llanos casanareños, fueron hombres de tipo Arawac, que se introdujeron a Colombia procedentes de migraciones del Brasil, emparentando con familias chibchas caribes que se encontraban ubicadas en el piedemonte casanareño, cuyo hábitat se localizó en cabeceras de los ríos Arauca, Pauto, Cubogon y Tocaría, estas familias tomaron fuerza y dominio en donde se fueron radicando. Las demás expresiones lingüísticas se extinguieron, pues en la época de la conquista el emperador Carlos V cedió a la casa Alemana Wester, la explotación de los llanos en pago de algunos préstamos y fue así como se creó la primera ruta al llano, la cual provenía desde Venezuela.
En 1588 Pedro Daza fundó en Casanare el pueblo de Blancos de Santiago de Atalayas, centro desde el cual comenzaron a operar los encomenderos, quienes desempeñaron una ardua labor de culturización y evangelización paralela a la realizada por los Jesuitas.
De esta manera las comunidades indígenas iniciaron el mestizaje y el poblamiento de lo que hoy es el departamento de Casanare, incluido el área donde muchos años después se inició el levantamiento de Villanueva, en la cual se encontraron restos como tinajas elaboradas por los indígenas y luego enterradas, las cuales se localizaron en la vereda Camarga-Lechemiel en la finca de propiedad de aquel entonces el señor Jeremías Lara.
El nacimiento de la inspección de Villanueva se presentó a raíz de la migración masiva del personal llegado del interior del país en especial del Valle de Tenza como resultado de la crisis política que se generó por la muerte del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán, el 9 de abril de 1948 cuando se desató una guerra civil protagonizada por los dos partidos políticos tradicionales de la época, el liberal y el conservador. La familia Forero Romero compuesta por Campo Elías y Celina, los hijos Oliva, Campo Elías, Aurora, Rafael, Edilberto, Álvaro Georgina y Rosa, arribaron a la vereda Mata suelta, hoy Villanueva, el 10 de diciembre de 1949. Provenientes de la Mesa del Guavio vereda de Campo Hermoso Boyacá como uno de los primeros en iniciar la fuga hacia esta parte de los llanos.


El nacimiento de Villanueva, como caserío, inicialmente, se debió a la necesidad de dar respuesta a los requerimientos educativos de los migrantes, quienes llegaban a distintos puntos del actual territorio municipal, pero no encontraban centros educativos ni para ellos, ni para sus hijos, dado que los centros educativos de Aguaclara, Barranca de Upía, Sabanalarga o San Luis de Gaceno eran pueblos con escuelas pero con muy difíciles condiciones de acceso, debido a las distancias y al mal estado de las vías.
La necesidad los condujo a organizarse, de tal manera que con el liderazgo del señor Antonio Forero elaboraron y firmaron un memorial, con el fin de darle un estado legal al caserío y a la escuela que estaban en proceso creación. Por lo anterior, la Ordenanza N° 21 de Noviembre 15 de 1.962, emanada de la Asamblea Departamental de Boyacá, creó la Inspección de Villanueva, jurisdicción de San Luis de Gaceno. En 1.963 se construye la escuela y en el mismo año la primera casa, lo cual origina allí mismo, de acuerdo con el diseño realizado por los miembros de la Junta de Acción Comunal, los fundamentos de la ciudad a partir del mismo marco del actual parque principal de Villanueva.


Empezó su vida administrativa e independiente, el 30 de diciembre de 1982, en ceremonia presidida por el secretario privado de la Presidencia de la República, por el director del Departamento Administrativo de Intendencias y Comisarias (DIANCO), Dr. Héctor José Moreno Reyes y por la Dra. Luz Marina Gonzales Valcarcel, Intendente Nacional de Casanare, y por otras personalidades. Ese día fue nombrado como primer alcalde del nuevo municipio el Dr. Rodrigo Rueda Arciniegas, quien asumió de inmediato.
De ésta manera, el presente de Villanueva está señalado por la incidencia de los desarrollos del conjunto del país y especialmente por los grandes conflictos sociales, económicos y políticos en que se sumergió el país a partir de los años treinta del siglo XX.
Fuentes:
- Municipio villanueva-casanare.
- Casanare y su historia-Alberto Martinez Delgado.
- Alejandro Barrera Avila
Fotografías: Facebook Solmar Rene Forero Lara – YouTube CHV Al natural - Colombia.viajando.travel











MARÍA LOPEZ "La Doña de las vaquerias" le escribe al director de EL TIEMPO.



 MARÍA LOPEZ "La Doña de las vaquerias" le escribe al director de EL TIEMPO.

Siguiendo con nuestras investigaciones acerca de la existencia y trasegar de doña MARIA LOPEZ "La doña de las vaquerias", nos hemos encontrado este documento que nos ubica exactamente en la época en que ella llevaba de Arauca a Villavicencio sus grandes ganaderías. Este es un correo que le envía la señora al director de el diario EL TIEMPO, en fecha (marzo 20 de 1936), donde se queja de la denuncia que días anteriores "unos ganaderitos de menor cuantía" le hicieron a través de este mismo medio acusandola de traer ganado de contrabando de Venezuela.



UNA JUSTA ACLARACION
Bogotá, marzo 20 de 1936.
Señor director de EL TIEMPO.
Soy la única mujer que en Colombia ha tenido arrestos suficientes para consagrarse al negocio de comprar ganados en las sabanas de Arauca, traerlo hasta Villavicencio y cebarlo allí para proporcionar luego carne a los habitantes de Bogotá, afrontando todas las enormes penalidades que dicha empresa impone. Y como he llegado a traer en cada uno de mis viajes de 800 a 1000 novillos, unos ganaderitos de menor cuantía, que apenas alcanzan a ir al pie de los cerros de Boyacá, y a traer de 80 a 100 reses, cuando supieron que yo venía con 1000 a través de los llanos, dirigieron desde Labranzagrande un telegrama a su muy leído diario, imputándome calumniosamente el hecho de que yo traía ganado de Venezuela, que lo había pasado de contrabando, y que iba a infectar con el toda la llanura a mi paso.
Como es de atrevida la ignorancia cuando se halla asesorada por el pesar del bien ajeno!. No saben mis detractores que en Venezuela cada novillo cuesta de 50 a 60 Bolívares, ni saben cuánto representan estos en moneda Colombiana; que si lo supieran sabrían, a la vez, lo imposible que es traer ganado del Apure a Colombia. E ignoran igualmente que una mujer como yo, que ha luchado como nadie para ganarse una pequeña fortuna, no incurre en delitos para ganarse la vida por que donde quiera que se halla cuenta con capacidades para ganársela honradamente.
No apelo a las autoridades para confundir a mis gratuitos detractores, pero al público que leyó la acusación si deseo manifestarle que los ganados que ahora traje, están empotrerados en Villavicencio, donde pueden verse, y que todos ellos ostentan fierros harto conocidos de criaderos de ganados en las sabanas de Arauca.
Del Señor director muy atenta servidora.
Maria Lopez.




Créditos, Fascimil de EL TIEMPO, pag. quinta, Cosas del Día (marzo 22 de 1936.
Fotografías, Créditos, Gilberto Useche.
Portada libro Maria la Cachilapera (Plutarco Grandos Sanchez).

LA VAQUERIA (Video Clip)


Facebook: Banerpcultural.

En este capítulo de la serie #SaberesDelRío, que realizamos junto @Se lo explico con plastilina?, nos acercamos a la gente del río Orinoco para conocer más sobre la vaquería.
Las prácticas y actividades cotidianas no pueden desligarse del cuidado del agua, de su uso y manejo para alimentarse, transportarse, comunicarse e incluso conectar con la espiritualidad. El agua, también es cotidianeidad porque está presente en todos los aspectos de la vida de las poblaciones que comparten la cuenca del Majestuoso Orinoco y, por eso, su cuidado es esencial para el futuro de la región y de los pueblos que lo habitan.La vaquería es una de esas actividades diarias que también involucra al agua. Anteriormente, un solo hombre podía arriar hasta a mil reses, y ocupaba posiciones como cabestrero, orejero o puntero y dirigía al ganado. Cuando algún animal se escapaba tenía que enlazarlo y llevarlo de vuelta al grupo.
Como parte del proyecto cultural ‘El río: territorios posibles’.

La historia del ARPA y su incidencia en el Joropo y la musica llanera, en los Llanos COLOMBO-VENEZOLANOS.


¿NACE EN EL COSTO ORINOCO EL ARPA GUARIQUEÑA?
Adolfo Rodríguez
Aunque la más antigua referencia documental que he localizado sobre el arpa en llanos guariqueños, corresponde al año de 1782, presumo una más larga presencia de tal instrumento en la zona. Allí se menciona “fandangos” o bailes con “arpa”, que una autoridad interrumpe rompiendo las cuerdas porque hay enamoramientos en la empalizada donde se realiza dicha actividad (Carrasquel, 1943: 183, 215). Una represión incompatible con la liberalidad asociada con el esmero de los jesuitas en instruir musicalmente a los pobladores de Casanare y la Orinoquia.
Asimismo la introducción del arpa por parte de dichos misioneros. Mientras que poco o nada sobre iniciativas de otras congregaciones al respecto. Los capuchinos, por ejemplo, que fundan Calabozo donde ocurre la frustrada tenida. En aquella oportunidad han delegado tales fundaciones a la religión secular y al poder civil, pero preocupa un gesto tan arrogante contra el novedoso instrumento y los bailes que suscita.
No obstante González y Chirinos (2008, citado por Díaz Alberto, 2010) aporta datos que informan sobre religiosos llaneros interesados en la formación musical de sus feligreses:
El pbro. Luis Rodríguez Pérez Moreno en 1741, en llanos de Cojedes, deja en su testamento un mulatito al mayordomo de la Cofradía de N. S. de la Concepción, proponiendo que entre otras obligaciones, aprendiese “a tocar el órgano, para que lo haga en todas las festividades y los sábados la salve” (p. 27).
Y un codicilo del año 1760, en San Carlos, del pbro don Juan Joseph Salazar, imponiendo “el aprendizaje de oficios, en este caso aprender a tocar arpa para las festividades de la Santísima Virgen”.
Sin embargo, hasta ahora, la precursoría respecto a presencia del arpa y estudios musicales, favorece a la Compañía de Jesús:
Héctor E. Paul Vanegas, músico e historiador colombiano, en su ponencia en el Simposio de Historia de los Llanos Colombo-venezolanos, realizado en Támara, Casanare, dice que “Con la llegada de los jesuitas al territorio de Casanare en 1.628 aproximadamente, empieza el movimiento de evangelización y alguna incipiente culturación que sirvió para que el indígena llanero comenzara a introducir en su talento innato, músicas allende sus fronteras y por demás, desconocidas para su hábitat cultural.
“La instalación de Misiones como las de Morcote, Támana, El Pauto, Güanapalo, San Regis, Gúachiría y otras, sirvieron para empezar a moldear en el indígena curioso y obediente, los albores de lo que sería más tarde nuestra música llanera por medio de agrupaciones corales, aprendizaje del arpa, el guitarrillo de cinco cuerdas, mandolinas, furrucos y otros que poco a poco fueron socializados en la mayoría de las misiones. Hubo arpistas indígenas en san Regis, Guanapalo y Gúachiría, por allá en los años de 1.722. La primera arpa conocida en territorio araucano se encontró en el inventario y disolución de la hacienda Caribabare en el año de 1.767, por aquel entonces, perteneciente a Casanare.”.
Aunque juzga que el arpa no progresa en tal oportunidad o, por lo menos, se carece de registros de su continuidad y no fragua el arpa llanera.
Eduardo López Sandoval, asistente a dicho simposio, explica que Paúl, en su disertación titulada “El Arpa Viajera”, “da una serie de explicaciones a esta no realizada presencia del arpa en el Llano, relacionadas con el maltrato del conquistador al nativo, la consiguiente huida del indio a sus montes y la salida intempestiva de los jesuitas del Llano, “dejando a los alumnos desprotegidos de la misma, sin base sólida, sobre todo en la parte musical que fue muy pobre.”
Advirtiendo, sin embargo, que “Hubo arpistas indígenas en san Regis, Guanapalo y Gúachiría, por allá en los años de 1.722.”.
Continuidad que tal vez sí prospera en la Región del Orinoco Medio, donde la misma congregación se esmera en desarrollar aficiones artísticas. De manera tal que el fundador de la Misión de San Ignacio de Cabruta, cuando presta servicios en el Fuerte de San Francisco Javier cuenta con Indígenas centinelas que tañen caracoles o cornetas. Su establecimiento en Cabruta data de 1740, con el apoyo del Padre Vice Superior Manuel Román, quien visita el sitio el 21 de octubre 1739 y constata o espera que se acometan ejercicios ya emprendidos en otras misiones. En Memorial a Su Majestad le informa que “enseña cada Padre, en su pueblo, la doctrina a niños y niñas por la mañana en su lengua nativa, y por la tarde en castellano, y rezan después el rosario y la letanía de Nuestra Señora, asistiendo los sábados todo el pueblo por la tarde y cantan los músicos. El domingo asisten todos a la plática y explicaciones de los misterios y se instruye a los catacúmenos para el bautismo, y a los cristianos el modo de confesarse. En todos los pueblos hay escuela de castellano, de leer y escribir, para que vayan aprendiendo la lengua castellana y se arraiguen mejor en la fe: muchos aprenden a cantar y a tocar varios instrumentos”
El Padre Salvador Gilij quien cumple labor misionera entre 1749 y 1769, valorando indígenas que evangeliza, acota que “La primera transformación se opera a través de las escuelas pues recogen el deseo de novedad y la imitación de los usos extraños de los niños orinoquenses, En el Orinoco “no se enseña los indios más que a leer y a escribir” y la razón última es que “no tienen necesidad de más”. Aunque esta se completa con la escuela de canto para el cual descubre que son casi naturalmente músicos: ninguna cosa “fue jamás llevada de Europa a aquellos lugares que más les agradase, ninguna que imitaran mejor”. Así que, desde los inicios de una nueva población, se conseguía “un indio de las viejas reducciones para que estuviera al frente. Y culmina con lo que llamaríamos el conservatorio donde se posesionaban del violín, y de cualquier instrumento de viento. Y de esta forma se convierte en música una nación” (Gilij, 1965, III, 64 cit. por Del Rey Fjardo, 2011, p. 300).
Apuntando Gilij que los tamanacos, amén de agricultores, eran hilanderos, músicos, polígamos, narradores, nada jactanciosos" (1965: II, 221). Pueblo de filiación lingüística caribe, hoy desaparecido, que habitó al norte del actual distrito Cedeño del estado Bolívar, donde situaban su punto de origen. A mediados del siglo XVIII se les trasladó a la misión jesuita de La Encaramada, cercana a la población de La Urbana (Edo. Bolívar). No lejos de San Ignacio de Cabruta, donde su fundador Rotella perece, supuestamente envenenado, de acuerdo con relato de Gilij.
Cabruta eran entonces un hito en el proceso de “ubicación de misiones jesuíticas en la zona llanera colombo-venezolana, en el área del Orinoco”, juzgada como “la llave , fuertemente asegurada, para dominar la vía de acceso hacia el área del tortugueo… atractivo para que los indígenas tuvieran que vivir en paz con los jesuitas, cuando menos, o fijarse en misiones”. Por lo cual en 1741, Rotella quiso “perfeccionar la fundación con una entrada de Tamanacos –en la orilla opuesta, a tres días de camino- para reducirlos”. Lo cual no logra, permaneciendo, sin embargo, dicha etnia en el área de influencia de Cabruta.
Las pocas referencias acerca de la historia del arpa en los Llanos, muestran un área de difusión enmarcada, por mucho tiempo, en la enorme franja representada por el eje Orinoco. Apure:
El 5 de mayo de 1811, el Comandante Político y Miliar. Pedro Aldao de San Fernando de Apure conmemora el primer aniversario de la instalación de la Junta de Gobierno de Barinas trasladándose por el río Apure a territorio de la provincia de Caracas (actualmente sur del Guárico) con un festejo "pánico" (a nuestro entender): baile en torno a un samán, cánticos "del país" (galerones, mariselas, zapas, yucas, huerfanitas, entonadas con maracas, "sonoras Harpas", carrizos, treces, cincos, fulatas y bombos, que "si bien no esprimían todo el gusto de la música, demostraban sin duda el regocijo con que el Americano hospeda al forastero en su libertad" según correspondencia de dicho comandante. .
En tanto que López Sandoval (ib) agrega que para. Paul Vanegas, el iniciador del arpa llanera en Arauca, Villavicencio, en el Meta, Casanare y Vichada es el venezolano Arturo Lamuño, fallecido para aquel momento (2010). Comentando -el ponente-, al margen de su exposición, que algunos de los músicos que acompañan al precursor en esta iniciativa de enseñanzas de arpa llanera el año 1952, residían en la capital del Estado Apure.
El maestro Eduardo Mantilla Trejos, en su obra “El Tesoro de los Jesuitas” reseña esta emigración del arpa llanera “en Colombia hacia el año de 1.925 por el apureño Arturo Lamuño y que David Parales siendo niño le preguntó ¿cómo se toca eso? y el maestro Lamuño le contestó mira mijo esto se toca “así” convirtiéndose luego ese niño, en el mejor intérprete del instrumento en los llanos colombianos,…”.
Histórico intercambio que confirma el cronista de San Fernando de Apure, doctor Argenis Méndez Echenique, en entrevista a uno de los músicos llaneros que acompañaron al celebrado introductor. el señor Pablo Lamuño, hermano de Arturo. El entrevistado, de 92 años entonces, aseguró la especie. Aclarando que el viaje de los músicos con arpa, cuatro y maracas, fue en 1948.
Nada raro que dichos Lamuño fuesen parientes de otros famosos hermanos que hicieron correrías, a favor del Rey, al sur de Cabruta, en la Independencia.
López Sandoval agrega que “El arpa se tomó los centros urbanos de los llanos de Venezuela, principalmente los del Estado Apure y Guárico a finales del siglo XIX y se solidificó a comienzos del siglo XX con la aparición del inolvidable Indio Figueredo o Ignacio Figueredo, apureño y, lo hizo a la edad de 9 años, 1909, con un arpa colombiana.”.
Otro arpista asociado con la misma zona orinoquense-apureña, José Acevedo, nacido en 1921, cuenta su vida como una romería de Cazorla a Los Indios, Médano Negro y Chinchorrero. Y que en 1928 oyó El Gaván de Caño El Medio y en 1931. por Garcita, teniendo diez años, con su amigo Nicolás Pierro hicieron un arpa: “Rajamos una perola y de allí le hicimos la caja, le pusimos una tapa de un cajón de pino; pero entonces en 1932 me regaló Juan Pantoja una arpa vieja”. Agregando que “Aprendí a tocar viendo los arpistas como Ezequiel Pérez, Alejan Ojeda, Lázaro Morales, el sute Neva y por último Nicolás Zapata”. Todos de tales costos.
Aparentemente la presencia del arpa en buena porción del llano guariqueño, es un hecho tardío. Según entrevistas se amenizaban los bailes con violín, guitarra grande o bandola.
ILUSTRACIÓN Y NOTA: Aunque no tengo evidencias de que Vidal fuese descendiente de los indios que se fundaron Tucupido, ni que la selva inmediata se llamase Tamanaco porque esta etnicidad acompañase al fraile Anselmo Ardales en la fundación de aquella localidad, sirva esta foto para ilustrar el arraigo de ese instrumento en la zona (El arpista José Rafael Vidal, según foto de Isabel Aretz y Luis Felipe Ramón y Rivera, en Tucupido, Estado Guárico, año 1947).
La voz Tamanaco, asociada al nombre del famoso cacique mariche, muerto en desventajosa lidia con un jefe español que invade tierras del Guárico a finales del siglo XVI, tiene el mismo origen de Tacamahaco, que designa un árbol burseráceo del género Protium, del cual hay muchas variedades. Muy conocido en los Llanos para mejorar el agua potable contenida en canoas y tinajas y otros usos (Véase texto sobre” Toponimia del Municipio Vargas, Venezuela, internet)..
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
ACEVEDO, José. Arpegios y Caminos. San Juan de los Morros: Ediciones de Fuego Cotidiano, 2016.
CARRASQUEL, F. Historia colonial de algunos Pueblos del Guárico. Caracas: Imprenta Nacional, 1942.
DÍAZ, Alberto. Los Llaneros y su música, XI Simposio Internacional de Historia de los Llanos Colombo-Venezolanos, Tamara, Casanare, Colombia, 2010.
GILIJ, Felipe Salvador. Ensayo de Historia Americana. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1965.
LÓPEZ SANDOVAL, Eduardo. Historia de Las Comunicaciones en el Llano colombovenezolano, ponencia en XI Simposio Internacional de Historia de los Llanos Colombo-Venezolanos, Tamara, Casanare, Colombia, 2010.
REY FAJARDO S. J. , José del. Los Jesuitas en Venezuela. Nosotros también somos Gente. Indios y Jesuitas en la Orinoquia. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 2011 (Fuentes para la historia Colonial de Venezuela).
REY FAJARDO, José del. Documentos jesuíticos relativos a la historia de la Compañía de Jesús en Venezuela.- Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1966-1974, 3 v.
REY FAJARDO, José del. Los Jesuítas en Venezuela. Las misiones: Germen de la Nacionalidad. UCAB- Pontifiia Universidad Javeriana. Caracas-Bogotá, 2007.

Tomado de: Facebook, Geohistoria Guariqueña.