LLANO ADENTRO...., audiovisual de incalculable valor histórico grabado por la multinacional SHELL en el año 1958, en el Hato La Trinidad de Arauca, que perteneció por varias generaciones a la familia Estrada en los llanos de Apure, vecino al departamento de Arauca. Aunque no fue grabado en nuestro llano, vale la pena observar y analizar las diferentes costumbre, faenas llaneras, folclóricas y culturales, la cuales hemos compartido los pobladores de los llanos Venezolanos y Colombianos, que prácticamente son las mismas. Solo nos separa el Rio Arauca.
jueves, 25 de mayo de 2023
EL CIRCO WILSON HERMANOS
Algo más de mis memorias…
EL CIRCO WILSON HERMANOS
Por: Walter Adelmo Castillo Blanco
Transcurría el mes de Enero por allá del año 1967 si la memoria no me
falla; hacia mediados del mes la soledad y tranquilidad del pueblo luego de
pasadas las fiestas decembrinas y el año nuevo, un ben día fue interrumpida por
la llegada al pueblo de un caravana de vehículos compuesta por dos camiones F-8
cargados (los más grandes de la época) y otros dos o tres camionetas y carros
más pequeños que venían con un cargamento inusual, los cuales se estacionaron y
coparon la desolada cancha de futbol que cubría toda la plaza, hoy parque
principal, donde muy pronto empezaron a descargar todos los materiales y la
paraferanalia que traían consigo: Un Circo había llegado a la población….!
Para un pueblo pequeño y naciente como este, perdido en la inmensidad de la llanura y conectado con el interior a través del transporte terrestre solo en esta época de verano través de las tochas de la sabana desde Yopal o Villavicencio, era inimaginable que un espectáculo de tal magnitud fuera a llegar un día, del cual tenían sus pobladores referencia que existía, solo a través de las viejas películas mexicanas a blanco y negro, muchas de ellas mudas, que una vez al mes o cuando se podía, proyectaba el Señor Antonio Latriglia en un viejo proyector de cine de 16 milímetros, que reflejaba su imagen sobre una sabana blanca que cubría el viejo tablero, en el unico Salón de clases de la escuela Urbana de Varones, ubicada en el sitio que hoy en día ocupa el palacio municipal. Que emoción…!, un espectáculo diferente acababa de llegar al pueblo.
La noticia se regó como pólvora y los desocupados se aglomeraron desde
ese momento a seguir paso a paso el montaje de la gran carpa y a observar los
pocos animales que traían para hacer parte del espectáculo circense; entre
ellos dos fieras si no estoy mal un viejo león y un tigre, lo mismo que un
morrocoy inmenso y un burro viejo, el cual por información de alguno de los
trabajadores integrantes del elenco, nos contó a algunos muchachos noveleros de
que era “adivino”. Muy pronto nos enteramos del nombre del circo por el aviso
gigante que empezaron a colocar: CIRCO WILSON HERMANOS….a alistar
plata para la entrada tarea de todos.
En tiempo record fue izada la gran carpa e instalada las graderías en
madera, vallas, escenarios, trapecios y demás instalaciones. Así mismo fue
adornada la gran carpa con cantidad de vistosos banderines y adornos de
colores, e iluminado en su interior y exterior con cientos de bombillas, dándole
un toque de fiesta al apacible poblado, energía suministrada por un planta
eléctrica grande que traian, quizás más potente que la jadeante
"Bolinder" de 25 Kwa que operaba por ese entonces don Olivo
Inocencio, herencia del teniente Gamboa para el alumbrado municipal desde la
época de la fundación de la localidad, la cual reposa hoy en día a manera de
monumento, en el parque principal. Dos cornetas de buena potencia de sonido
fueron instaladas en la punta de una larga guadua, por donde se empezó a emitir
música y propaganda invitando a la primera función, lo mismo que una camioneta
haciendo perifoneo por las calles y repartiendo volantes.
Acto seguido el show de los domadores de fieras y los diferentes
animales amaestrados. El público expectante no salían de su asombro de como una
fiera como el tigre o el león, podía obedecerle a un humano. Y por último le
llego el turno al burro “adivino”. El primer damnificado de los ultrapoderes
del presdigitador pulecio fue Don Chucho Sandoval (q.e.p.d) ya que al
iniciar su paseíllo alrededor de la primera fila de público guiado por su
amaestrador, se plantó frente a Don Chucho lamiéndole casi la cara, y de esa
forma identificándolo como “la persona que no llevaba calzoncillos en el
recinto”, pregunta que el amaestrador le había formulado al burro. Toda la
concurrencia estallo en una sola carcajada y el burro continuo haciendo su
trabajo, sin lograr identificar más personas escazas de dicha prenda.
El circo permaneció por espacio de dos semanas en la población, al final
de las cuales desarmaron toda su infraestructura, empacaron en sus camiones y
siguieron su trasegar por el territorio nacional con rumbo a Aguazul según
decían, después de habernos traído algo de esparcimiento y felicidad a nuestra
apacible comunidad.
Para hacerle la segunda fuimos escogidos el suscrito y el amigo Angel
Garcia si mal no recuerdo, con trajes menos vistos y cuyo libreto era llevarle
la cuerda al personaje principal durante toda su actuación. Entre las
ocurrencias de los chistes del mencionado personaje alcanzo a recordar el saludo
del payaso a manera de mofa al ilustre Obispo, la cual lo confundió como el
Obispo de “las bocas del estómago”, en lugar de Bocas del Toro…..todo esto
inventado por el jocoso padre Pachito. La presentación fue todo un éxito y
desde ese momento hasta nuestros días nuestro amigo Fernando, es recordado por
todos sus contemporáneos como “Charrin”.
Recibiendo nuestra primera clase de educación física del año,
precisamente en el mismo sitio donde había estado instalado el circo, alguien
se refirió a las acrobacias y números de gimnasia que habíamos presenciado en
el circo, entre ellos el arco de fuego que consiste en cruzar un aro del tamaño
más o menos de aro o rin de una bicicleta, con varias teas o mecheros
encendidos alrededor de su parte interna, el cual lo sujetan entre dos
personas, para que el atleta se lance en veloz carrera y lo cruce con su cuerpo
horizontalmente, igual que se estuviera lanzando al agua.
El profesor que era nuevo ese año del cual no recuerdo su nombre nos
animó que podíamos intentar aprender a ejecutar la mencionada acrobacia, lógico
sin candela. Pregunto quién podía conseguir un aro del rin de una bicicleta.
Inmediatamente me acorde que donde el tío Aquiles existían unos dos de dichos
aros; para la próxima clase me comprometí a traer el mencionado elemento. A
escondidas del tío, mi primo Colibri Barragán me paso uno de dichos aros a
través de la cerca de guadua que dividía nuestras viviendas.
El día de la clase de educación física llegue orgulloso con mi
contribución para el espectáculo. El profesor nos dio las respectiva
instrucciones, practicamos la carrera, el lanzamiento y la caída en plancha
para no ir a lastimarnos. De sapo me ofrecí para hacer la primera pasada en vivo,
con tan mala suerte que cruce tal vez muy veloz el aro y al momento de caer
apoye mal el brazo derecho el cual se me doblo por el codo ocasionándome una
horrible luxación, o como decían en el campo “se le safó el codo”. De inmediato
fui auxiliado por el profesor y los compañeros, algunos de ellos me acompañaron
hasta la casa donde llegue llorando la lagrima viva viendo mi brazo totalmente
desfigurado.
Para la época tendría más o menos diez u once años de edad, en el pueblo
solo existía una enfermera (una señora gorda de la cual no recuerdo su nombre)
en el viejo puesto de salud de latas ubicado contiguo a la casa cural, donde lo
único que existía tal vez era mertiolate, alcohol, gasa y esparadrapo. Por lo
tanto el único recurso a la mano para ese trauma eran los buenos oficios de Don
Eladio, el veterano sobandero de Macuco.
El recibimiento de mi señora madre no fue el mejor, por poco me da una
pela en la calle frente a mis compañeros. Inmediatamente organizo el viaje
hasta donde Don Eladio, por fortuna aun estábamos en verano y el camino era más
fácil para llegar hasta su finca de Macuco, donde nos dirigimos a pie y
soportando ese dolor tan verraco. Afortunadamente Don Eladio se encontraba en
casa y de paso era muy amigo de mi madre pues los años anteriores había estado
ejerciendo su labor de profesora en la escuela de dicha vereda. Inmediatamente
nos atendió y procedió a realizarme la “torturante soba de un codo”, un
verdadero suplicio chino en el momento que me pego el jalonazo para volver la
articulación a su sitio, con orinada incluida. Fueron un total de cuatro sobas
que tuve que soportar para volver a la normalidad, aunque el codo me quedo un
poco “chueco”, y la promesa de jamás volver a intentar a efectuar dicha
acrobacia.
Recuerdos, solo recuerdos…..definitivamente todo tiempo pasado fue
mejor. Éramos felices y no lo sabíamos. Parodiando a nuestro Nobel de
literatura: “Vivir para contarla”……
Imágenes: Google.
Yopal, Abril 18 de 2023.
LA LUZ A MONTERREY LA TRAJO FUÉ LA COMUNIDAD JARTANDO CERVEZA.
"LA LUZ A MONTERREY LA TRAJO FUÉ LA COMUNIDAD JARTANDO CERVEZA".
LA ECONOMÍA DEL HATO LLANERO, UN EJEMPLO DE PLANEACIÓN EMPIRICA PERO PRECISA!
LA ECONOMÍA DEL HATO LLANERO, UN EJEMPLO DE PLANEACIÓN EMPIRICA PERO PRECISA!
Facebook: Yilver Alonso Mendivelso
Las barrancas del Orinoco vieron la
llegada en 1531 del español Diego de Ordaz, quien ambiciosa y desenfrenadamente
buscaba el mítico Dorado.
El pueblo indio de Uyuparí fue testigo
de la codicia del militar y explorador gallego, quien a su paso iba destruyendo
poblados y asesinando sin piedad indios orinocences.
No encontró el dorado, pero si una
pampa infinita que la consideró suya y a su regreso a España en 1532 llevaba el
mensaje a los reyes católicos sobre su descubrimiento y la importancia que
sería para la corona, tener el dominio y explotación de estas tierras.
Fue la compañía de Jesús fundada en
1534 por el español Ignacio de Loyola quienes materializarían en los llanos colombo-venezolanos
el sueño de Ordaz, Los jesuitas fueron innovadores en la explotación de sus
haciendas y propiedades en la América Hispánica. Durante los siglos XVII y
XVIII supieron gestionar verdaderos emporios agro-industriales con métodos de
gerencia que se adelantaron a los utilizados en la actualidad.
Las misiones de Jiramena, Casimena,
Surimena, Macuco las costas del Río Meta, Macaguane, Betoyes, Patute, Tame y
San Salvador en lo que hoy es el territorio araucano, El Raudal, San Borja en
el alto Vichada, Carichana, Urbana, Encaramada y Cabruta en territorio
Venezolano sobre las margenes derecha e izquierda del majestuoso Orinoco.
Estas misiones que en sus inicios
tenían un carácter evangelizador, fueron aprovechadas por los jesuitas para
ampliar su espectro dentro del territorio que les fue encomendado. Fundaron
grandes haciendas, verdaderos centros agroindustriales que les generaron tanto
poder financiero que generaron celos en la alta sociedad europea del siglo
XVIII, lo que conllevó a su expulsión en 1767 bajo la corona de Carlos III.
La Hacienda Apíay, Cravo, Tocaría y
Caribabare fueron el centro económico de los llanos, llegando a tener unas 80
mil cabezas de ganado a la fecha de su expulsión, además de generar entorno a
la hacienda todo un complejo de abastecimiento bien planificado que perduró en
los hatos llaneros del siglo XX.
Una prueba de lo planificado que eran
estas Haciendas, se puede probar en el inventario de la Hacienda Caribabare,
que reposa en el Archivo General de la nación y que entre otras cosas cita lo
siguiente:
“ 9 de octubre de 1767- don Francisco
Domiguez, gobernador y corregidor de la provincia de Santiago de la Atalaya y
los llanos de Casanare hizo inventario de los bienes de la capilla
perteneciente a la hacienda Caribabare, con la asistencia del padre Manuel
Alvarez, así: una capilla de bahareque y palma, puerta de tablón, cinco
ventanas en bambu, altar mayor o tabernáculo de tres cuerpos en madera y tabla
pintada en color dorado y otros colores y un sagrario de la misma conformidad.
Pinturas de Santa Barbara, San Pablo, Santa Lucia, San Ignacio y San Juan
Nepomuceno. Sobre el sagrario una estampa de nuestra señora de los Dolores y
una cruz común del santo Cristo, diecinueve candelabros de bronce torneado y
plata, un incensario y una cuchara de plata.
Ornamentos sagrados para vestir en la
misa sacerdotes y acólitos y un caliz de bronce y un platillo de plata. La casa
de la hacienda caribabare es de bahareque, once puertas de madera y doce
ventanas, seis caneyes donde dormían los esclavos de la hacienda también en
bahareque y tablas, incluidos en ellos la enrramada, el trapiche, la
carpintería y comedores. Hay diferentes muebles, algo más de dos arrobas de
bala de munición, cinco fusiles, un trabuco y un par de pistolas.
Doce litros de aguardiente, cincuenta
y una arroba de cacao, dos mamajuanas de vino, catorce aperos de fique, treinta
y dos costales, libros para cuentas, bautismos, casamientos y entierros,
títulos de tierra misiones y esclavos, dos mil seiscientos cuarenta y nueve
reales, una biblioteca, instrumentos musicales arpa etc…. Esclavos diecisiete
hombres, dieciocho mujeres y veintidós niños…!1 Tomado de Revista Caribabare
Hato Corozal Año 13.
Al ser expulsados los jesuitas, sus
propiedades pasan a manos de otras órdenes religiosas y laicos a través de la
junta de temporalidades, quienes dan un manejo irregular a estas y ocasionan el
fraccionamiento territorial y la descomposición de la solidez económica
alcanzada por los jesuitas.
El ganado al no tener al indio vaquero
que lo llevara a la majada o lo pastoreara comenzó a salirse de los límites de
la hacienda y a recorrer el llano, reproduciéndose a la vez lo que dio el
origen al ganado cimarrón o mañoso, que se convirtió también en un salvavidas
para los europeos que no habían encontrado el dorado, se convirtió el ganado
para estos en una fuente alternativa de ingresos y para el indio en un medio de
supervivencia pues aprendió a cazar el ganado para su alimentación.
Ese fraccionamiento territorial,
sumado al abandono del gobierno colonial dejó inmensos territorios baldíos que
fueron copados poco a poco por colonos provenientes del centro del país,
quienes encontraron en el llano el verdadero dorado: tierra sin dueños y ganado
cimarrón como topias.
Nace hato llanero, anclado en la
profundidad de la pampa con propietarios foráneos pero administrados y
construidos por el indio llanero quienes hicieron una planeación empírica pero
acertada en la fundación de los cientos de hatos que se dieron en el siglo XX
entre las llanuras del Meta, Arauca, Casanare y Vichada.
Es la expresión del latifundio,
criticado por ser una expresión de dominio, poder, usurpación y centro
económico de quienes los detentan. Pero fue la estructura económica que sostuvo
al llano en el siglo XX, pues hasta hace un par de décadas se iniciaron
procesos productivos ajenos a la ganadería como la agricultura, los
monocultivos, la agroindustria y la actividad petrolera.
Los hatos contaron con una estructura
administrativa jerarquizada, el blanco o patrón su cabeza principal, un
administrador general de absoluta confianza, un encargado, un caballicero
mayor, un caporal de sabana, vaqueros, mensuales, señoras del servicio
doméstico, becerrero y los mensuales de patio o peroleros.
Cada rol dentro de la estructura
administrativa del hato tenía vital importancia, pues el trabajo coordinado y
planificado permitió ser emporios económicos muchos de ellos inmersos en
relatos de famosos escritores como el Hato de Mata de Palma de Ramón Oropeza,
ubicado en las sabanas entre el Pauto y el Yatea, El Tigre de los hermanos
Ernesto y “tito” Reyes caracterizado por la fiereza de su ganado, la extensión
territorial y ubicación estratégica.
Hoy sobreviven muchos Hatos anclados
a las sabanas araucanas, casanareñas, metenses y vichadenses, donde sus dueños
originales casi que han desaparecido, en algunos casos los herederos o la línea
sucesoria casi que han eliminado muchas de las costumbres de antaño de viejos
llaneros; por ejemplo la penetración de carreteras han permitido cambiar el
arreo de ganado a Villavicencio, Sogamoso o cebaderos de la “loma” por
caravanas de camiones que han dejado solo al cabrestero y sin trabajo al
chocotero.
El ganado macho ya no se capa (
Castración), no se marca el ganado en las orejas con cuchillo y los trabajos de
llano se ven acompañados ahora de llaneros con cachucha, embotados, celular y a
las reuniones enero, mayo y noviembre, ya no llegan los vaqueros en su caballo
sillonero, su medio de transporte en su mayoría es la moto, el carro de línea o
un camión ganadero.
La muerte del patrón, o el
desplazamiento por causas de la violencia fueron las pocas causas que llevaron
a la desaparición de los hatos en los llanos colombianos, ya quedan muy pocos
latifundios y muchos de ellos están en fraccionamiento territorial por procesos
de sucesión tras la muerte de su fundador o fundadores, la incorporación de
otras actividades productivas como el arriendo de las sabanas para monocultivos
de palma y arroz y la escisión del hato mayor en “fundaciones” distribuidas en
el árbol genealógico de la familia, por efectos legales, tributarios y
económicos lo que ha hecho que hoy hatos como El Tigre de José Dolores Avella
q.e.p.d sea una propiedad de no más de 800 hectáreas.
Enfrentar la fiereza del indio, la
carencia de vías de comunicación, el invierno en el llano, el suministro de
provisiones y la doma del ganado cimarrón, fueron las circunstancias en las que
los fundadores de los hatos llaneros vieron crecer su emporio, por eso para
ellos era fundamental la correcta planificación so pena de morir en la absoluta
lejanía.
Esta planeación, empírica pero
precisa no dejo detalles al azar en la vida del hato llanero, desde el manejo
del personal hasta dominar la hostilidad de los caños y esteros para garantizar
el agua en el verano para el ganado, fueron entre otras actividades que
hicieron grande el llano en materia económica, pues hablar de Casanare en el
centro del país era hablar de hato y ganado.
Se ubicaron siempre cercanos a una
fuente de agua, especialmente de ríos que más adelante se convirtieron en
aliados para el suministro de provisiones y comercialización de ganado, en
terrenos altos, aunque hablar de terrenos altos en el llano es incompatible sí
existen unos sectores de la sabana que se llaman bancos, médanos o banquetas
generalmente paralelos a cañadas, esteros o caños donde era ideal para la
construcción de la casa principal.
Indispensable que los baldíos a
ocupar tuvieran límites naturales, pues no había cercas de alambres o palizadas
para delimitar el territorio del latifundio, entonces una mata de monte, una
piña de corozos, una mata de palma, un caño o una laguna demarcaba en líneas
rectas la jurisdicción del hato.
El maestro cachi Ortegón en su prosa,
protesta frente a las medidas tomadas por los dueños de hatos modernos;
“Encerró lo que era suelto, acabó las
mañoseras y revolcó los bajumbos levantó una callejuela pa’ deja’ un solo
camino en donde había tanto rumbo, y cambió con un letrero el nombre que hizo
baquianos por uno del otro mundo, aunque compre el resto el llano yo no le
vendo mi fundo”.
Continúa....
Por: Yilver Alonso Mendivelso
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